El decrecimiento de la masa de aves también causó afectación, pues no hay garantía de gallinas jóvenes para reponer a las ponedoras que ya producían en las naves. Autor: Miguel Rubiera Publicado: 21/09/2017 | 05:29 pm
CAMAGÜEY.— Aunque la causa principal de la baja producción de la Empresa Avícola camagüeyana en el pasado año fue el no abastecimiento en tiempo del alimento animal para sus más de 659 000 aves, existen otras realidades que también han influido en el desplome, muchas de las cuales pudieran seguir afectando este importante renglón para la alimentación en la provincia y el país en el año que comienza.
«Al cierre del mes de diciembre el déficit de huevos superaba los 25,2 millones. Las pérdidas de gallinas ponedoras sobrepasaban las 20 000 y la caída económico-financiera ascendía a los 6,5 millones de pesos», informó Adelfo Díaz Méndez, director del Complejo Avícola Nacional en Camagüey (CANC), perteneciente al Ministerio de la Agricultura (Minag).
Una mirada integral al decrecimiento productivo que exhibe dicha entidad revela otras causas, como la insuficiente organización del proceso productivo y fallas en la relación de la entidad con sus suministradores de alimentos para mantener la vitalidad de los animales.
La conjugación de estos factores ha impedido el avance productivo y financiero del sector avícola aquí. El actual decrecimiento productivo no está en correspondencia con lo planteado en el Lineamiento 192 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
En él se precisa que hay que continuar el desarrollo del programa ganadero en las actividades vacuna, bufalina, porcina, avícola y de ganado menor, potenciando el desarrollo genético de los rebaños para aumentar la producción de proteína, incrementando las fuentes nacionales de alimento animal.
Impactos sobre el 2013
Después de un 2011 satisfactorio, en el que dicha Empresa cumplió su producción de huevos, logró utilidades y creció en varios de sus renglones económicos y productivos, en 2012 el ritmo de los resultados retrocedió en sus 17 unidades empresariales de base (UEB) avícolas, al punto de que su plan productivo anual de 110 000 millones de huevos no pudo concretarse.
Adelfo Díaz Méndez explicó que al concluir 2012 las pérdidas económicas de la Empresa alcanzaron los cinco millones de pesos. El impacto negativo de esta regresión productiva en el sector avícola preocupa a sus directivos y trabajadores, pues no puede verse desligado de las consecuencias futuras.
«Esta situación perjudica la eficiencia y estabilidad productiva de nuestra institución en el año que se inicia, porque al decrecer la masa de aves no hay garantía de gallinas jóvenes ponedoras para reponer el rebaño de aves», dijo Yoandry Abad Escobar, director adjunto del CANC.
«O sea —explicó el joven directivo—, para 2013 los animales no tendrán su potencial genético (capacidad máxima del animal productiva y reproductiva)».
Rubén Hernández Cereno, especialista agroindustrial y forestal principal en esta entidad, subrayó que entre las decisiones para amortiguar esta situación el año que comienza está el reciclaje de aves.
«Para compensar el déficit actual de las 20 000 gallinas decidimos efectuar, para el primer semestre de 2013, el reciclaje de unas 50 000 que, aunque terminaron su vida útil-productiva, deberán mantenerse produciendo», explicó. Aunque, en definitiva es emplear alimentos y recursos materiales y humanos en animales cuyos rendimientos serán inferiores.
Elio Pardo Mora, director económico del CANC, comunicó que otro problema que genera a la Empresa esta situación es su descapitalización.
«La institución funciona con 7 400 000 pesos menos de capital como consecuencia de la caída productiva, lo que indica que las obligaciones contraídas con suministradores y otros podrían ser incumplidas», dijo el director económico.
Más allá del pienso
A finales del pasado año la provincia no solo continuaba estancada en la producción de huevos, sino que se veía precisada a incrementar los niveles de importación de este alimento desde otros territorios del país para el consumo social y para abastecer la alta demanda de la canasta familiar normada, en más de 34 millones de huevos, muy por encima de los 22 millones planificados para 2012», comentó el director Adelfo Díaz.
«El incumplimiento en la entrega de alimento animal al CANC —de unas 3 000 toneladas hasta al cierre de la información para este reportaje— por parte de la UEB Fábrica de Pienso agramontina Tato Rodríguez Vedo, representaba unos 45 días de consumo para más de 350 000 gallinas ponedoras, sus reemplazos y reproductoras.
«Desde inicios de año existían irregularidades con la cobertura de alimento; sin embargo, hasta mayo aún éramos una de las cinco empresas avícolas del país que cumplía su viabilidad (animales que se incorporan a la producción y deben de llegar al final de su vida útil), lo que nos permitía sostener el plan productivo del año».
Después de esa fecha la situación empeoró por los problemas en la entrega de pienso de la fábrica del territorio y la no disponibilidad de combustible para agenciarse el alimento fuera de este. Desde entonces el déficit de alimento superó las 160 toneladas por mes, en septiembre se acercó a las 600 toneladas y no hubo estabilidad hasta el mes de noviembre. Ese déficit ha originado la falta de sostenibilidad en la masa de aves, y las pérdidas financieras y productivas de la Empresa.
—¿Qué medidas implementaron para minimizar la falta de alimento animal?
—Hemos buscado el pienso en las lejanas provincias de Villa Clara y Cienfuegos, hasta 20 toneladas por día. Sin embargo, esta solución incrementa los costos y encarece nuestra eficiencia, porque no contamos en el plan con combustible para esta actividad, ni con un parque de equipos de transportación, por su estado técnico, que pueda asumirla.
«Además hay un elemento que atenta contra esta alternativa: las regulaciones del expediente de transporte de nuestra base, que nos prohíbe salir de la provincia. Buscar pienso en otros territorios nos hace violar dichas regulaciones.
«Son normativas del Ministerio de Economía y Planificación, en la Resolución No. 2 de 2008, en las Indicaciones 7 y 8 para el reordenamiento de la transportación de productos hacia las provincias. Estas plantean que el Mitrans organizará la transportación desde el origen hacia el destino final del producto y «que cada consumidor no vaya por su cuenta a buscar los productos al lugar de origen, fuera de su provincia, incurriendo en gastos excesivos de combustible y subutilización de las capacidades de transporte».
«La Indicación 7 estipula que “la responsabilidad de la carga de la mercancía será de la entidad productora o comercializadora”, y en nuestro caso no somos ninguna de ambas, pues somos productores de huevos y no de pienso.
«Pero la situación se nos complica, porque también quienes nos han trasladado el pienso desde esos territorios están muy preocupados porque sus equipos, al circular por los difíciles caminos hacia las unidades avícolas camagüeyanas, sufren roturas».
Díaz Morales agregó que hay que trasladarse a 350 kilómetros hasta Cienfuegos, para hacer viables los procesos comercializadores y financieros, los que dejarían de ser un problema si existiera una cuenta bancaria operada por su UEB. Aunque se dan pasos en Cienfuegos para implementar esta tramitación, no acaba de concretarse.
«Y mientras el tiempo corre —expresó—, continuamos pasando mucho trabajo para nuestros trámites. Incluso hasta las cuentas por cobrar de mis clientes no las puedo tener en la mano para chequearlas hasta que Cienfuegos, donde está la Empresa Centro, me las tramite».
Otros hilos
Pese a que pareciera ilógico que falte el pienso para la alimentación de los animales existiendo una fábrica en la provincia, distintos factores, muchos de ellos subjetivos, están afectando el funcionamiento de la misma.
«La tecnología es caduca y ante las roturas hemos detenido la producción para introducir mejoras tecnológicas importantes, que desde hacía décadas no se hacían», explicó Ramón Yonis Ricardo Miguel, director de la UEB Fábrica de Pienso Tato Rodríguez Vedo, perteneciente a la Empresa Productora de Pienso Centro, del Grupo Industrial de Alimentos y Silos (GIAS) del Minag, y cuya sede se encuentra en Cienfuegos.
El pasado año la Tato Rodríguez Vedo había sufrido roturas en su pesa comercial, en los molinos C-2 y en el C-1 de quemado, en la rosca barredora, cargador frontal y elevador de materias primas, además de inundaciones en sus fosos y dificultades en las turbinas de achique.
Sin embargo, a pesar de esta realidad técnica, existen otros elementos subjetivos que complican sus interrupciones.
«Las limitaciones para obtener piezas de repuesto como rodamientos, correas, cangilones, tornillería, ejes de molinos, mezcladoras y otros insumos para el mantenimiento de nuestros equipos, influyen también en el incumplimiento de los planes productivos, porque nos atrasan la producción al no poderse gestionar con agilidad en Camagüey», comentó Ricardo Miguel.
La Tato Rodríguez Vedo, después de ser transformada en unidad empresarial de base (UEB) hace solo un año, carece de cuenta bancaria para sus operaciones financieras en Camagüey, lo que demora cualquier trámite por muy sencillo que sea, como la compra de aditamentos, que ante roturas a pie de obra ponen en funcionamiento la fábrica rápidamente, con la ayuda de los innovadores, informó Marcelo Díaz Morales, especialista principal en gestión económica de esta entidad.
Díaz Morales reiteró que hay que trasladarse hasta Cienfuegos para hacer viables los procesos comercializadores y financieros, al no disponer de cuenta bancaria ni autonomía financiera.
El director de esta entidad, Ricardo Miguel, reveló cifras que evidencian también pérdidas económico-productivas en su institución.
«A finales del pasado año la Fábrica de Pienso de Camagüey debía a sus clientes unas 4 052 toneladas del alimento (lo que significa en dinero más de 2 336 000 pesos dejados de ingresar a la entidad), y de estas correspondían al sector avícola agramontino 2 618 toneladas».
«Estos incumplimientos —agregó— nos han originado procesos de demanda, sobre todo con el CANC, nuestro cliente prioritario, a los que debemos responder ante la ley».
—¿Por qué no cuenta la UEB Fábrica de Pienso camagüeyana con operatividad bancaria?
—Necesitamos de esta transformación, se han hecho las gestiones, y ello es posible, pero no decidimos cuándo implementarla en la fábrica; eso le compete al grupo y Ministerio al que pertenecemos.
«El cambio operativo bancario mitigaría las roturas a pie de obra con la compra inmediata de piezas de repuesto cercanas a nuestra industria, como siempre se hizo antes de ser una UEB, y eliminaría los engorrosos trámites en la lejana provincia de Cienfuegos, que dilatan los procesos comercializadores.
«Incluso la nueva inversión tecnológica total que se acomete no está exenta de sufrir las consecuencias de estos complicados trámites bancarios, porque en caso de una avería se repetiría el mismo mecanismo operativo que hoy aplaza cualquier alternativa para la solución de roturas».
—¿Cómo es posible que otros clientes tengan un sobrecumplimiento en su entrega de pienso asignado?
—El CANC, aunque es nuestro cliente priorizado y el de mayor asignación de alimento, por ser un sector amplio con miles de aves, es también uno de los más de cien compradores a los que tenemos que abastecer en varias provincias.
«Por lo tanto siempre se busca la manera de darles un porcentaje a todos, lo que implica tener que reducir la entrega de pienso al CANC ante las paradas productivas. A pesar de su déficit de alimento este cliente recibió más toneladas de pienso para igual período que el resto de nuestros compradores».
«Ya no es solo una cuestión de trámites en Cienfuegos ni de dinero para introducir tecnología en la fábrica, que produce su pienso manualmente. Hay una situación que nadie entiende, relacionada con que en estos momentos se nos atrasa la producción por no tener en la fábrica un cargador (máquina pesada que sirve para el traslado de materia prima)», consideró Roberto Moreira Herrera, jefe de Producción.
«No hemos podido alquilarlo ni adquirirlo, a pesar de todas las gestiones hechas por nuestra entidad en la provincia y en todo nuestro grupo. Nosotros no tenemos potestad para adquirirlo como institución ante nuestra falta de autonomía financiera. Desde que este se rompió hace años la solución ha sido arrendarlo, pero la entidad dueña del cargador cuando lo necesita nos lo retira, señaló Moreira.
Los problemas improductivos del CANC también repercuten en sus obreros, porque si no hay productividad, el salario también se deteriora, debido a que los trabajadores, en su mayoría, tienen un sistema de pago a destajo.
Al respecto, Marisol Sobredo Guerra, directora de Personal en el CANC, comunicó que «de los 16 sistemas de pago —ocho de estos a destajo— a los que están vinculados los 1 111 trabajadores del CANC, al cierre de noviembre solo cinco se aplicaban, pues no hay respaldo productivo para la formación del salario general».
Ante esta realidad, vale la pena analizar a profundidad las razones, sobre todo subjetivas, que están entorpeciendo la producción y productividad de un renglón de alta demanda en la población. La actualización del modelo económico cubano también pasa porque problemas como estos encuentren una solución lo antes posible.