Tras el paso de un ciclón las condiciones de trabajo son riesgosas. Autor: Franklin Reyes Publicado: 21/09/2017 | 05:10 pm
Los accidentes por contacto eléctrico crecen entre la población cubana, así como el número de hechos mortales, graves y leves. En los primeros cinco meses del año las estadísticas se exacerbaron: ya se reportaba cerca de la mitad de los sucesos de esa índole verificados en todo el año anterior.
Y todavía no se ha llegado a la etapa más peligrosa: las vacaciones y el apogeo de la temporada ciclónica, cuando tradicionalmente ocurre un pico en estos accidentes.
Incluso la época de lluvias —que ya comenzó— incrementa los riesgos, pues cuanta más humedad corporal y en la superficie haya, el efecto por contacto eléctrico alcanza mayor magnitud en el organismo humano, tanto si se tocan de forma directa líneas energizadas como si asimos un objeto metálico cerca de estas.
La víspera, durante un encuentro con los medios de comunicación, especialistas de la Unión Eléctrica (UNE) llamaron a extremar las medidas de precaución, tanto por quienes realizan trabajos domésticos cerca de cables eléctricos como por quienes están a cargo de niños y adolescentes, para evitar que en sus juegos resulten vulnerables a la electricidad.
Según Rosa María Suárez Peña, especialista de la UNE, los grupos poblacionales más afectados por estos sucesos son los adultos, en especial hombres de 30 a 45 años, y niños y adolescentes. Los días más peligrosos son sábado y domingo, cuando más se hacen arreglos domésticos, mantenimientos o construcciones en las casas, y cuando los pequeños están libres a tiempo completo.
La Habana y Santiago de Cuba, las provincias y ciudades más populosas y con mayor densidad eléctrica, son también las de mayores récords en hechos, muertos y lesionados.
La alerta de la UNE sobre el alza de la accidentalidad por contacto eléctrico tiene en cuenta que en 2010, por ejemplo, hubo reportados e investigados 63 acontecimientos (34 mortales, 19 graves y diez leves). Es un crecimiento superior al 57 por ciento en casi todos los índices respecto al bienio anterior.
La causa principal de estos hechos —advierte Suárez Peña— es el desconocimiento y la poca cultura de seguridad para convivir con la energía eléctrica. Y no solo se trata de tocar de forma directa los cables, señaló la especialista, pues si no se respeta la distancia de seguridad que hay que mantener de las líneas, también se puede recibir una descarga por inducción.
De forma más específica, la manipulación, reparación o realización de conexiones eléctricas con tensión, sin cumplir con los más mínimos criterios de seguridad, es la primera fuente de estos accidentes. Provocaron 15 entre enero y mayo de este año.
La segunda causa es elevar elementos metálicos debajo o cerca de las líneas del Sistema Electroenergético Nacional (provocó cinco episodios en el período).
Otra es tumbar frutas con varas de metal en árboles cercanos al cableado. Ha influido, además, el desplegar o izar equipos de la construcción, como andamios, cerca o debajo de las zonas energizadas.
También han tenido lugar por podar o talar árboles cerca de las líneas; empinar papalotes, en especial cuando se usan hilos conductores —como los finos pelos de alambre de cobre—; tocar bajantes de tierra o tensores de la red; montar antenas en azoteas, y mover cabillas, tubos u otros elementos metálicos cerca de las líneas.
La educación de la población en estos temas tiene que fomentarse aún más. Así, según se informó, los recibos de las cuentas de electricidad empezarán a distribuirse en breve con las normas y cuidados que debemos seguir para convivir en armonía con esta energía.