El desarrollo social y económico es posible a partir de la universalización del conocimiento, no solo desde la instrucción, sino desde la formación de los valores esenciales del ser humano, se destacó este martes en el Congreso. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 21/09/2017 | 04:54 pm
La universalización de los estudios superiores, desde la experiencia cubana, a partir de las nuevas transformaciones, sus aciertos y dificultades enfrentadas, fueron algunos de los epicentros que marcaron este martes los debates en el VII Congreso Internacional Universidad 2010, que sesiona hasta el 12 de febrero en el Palacio de Convenciones, en la capital.
Rodolfo Alarcón, viceministro primero de Educación Superior, explicó a los delegados las principales acciones que realiza Cuba, con la premisa de que el desarrollo social y económico de la Isla es posible a partir de la universalización del conocimiento, no solo desde la instrucción, sino desde la formación de los valores esenciales del ser humano.
El funcionario destacó que gracias a la Revolución, que ponderó la enseñanza gratuita a todos los niveles, en el país se han licenciado unos 989 913 estudiantes, de ellos unos 30 480 extranjeros de 129 países, mientras que el ciento por ciento de la población cuenta con una escolaridad de sexto grado y casi toda con el noveno grado.
«La formación de valores debe ser un elemento consustancial a la Educación Superior. Los profesores de esta enseñanza deben dominar la pedagogía a la par del conocimiento, y ser capaces de ampliar el horizonte cultural de sus estudiantes», enfatizó.
Otro de los elementos señalados fue la consolidación del trabajo científico entre el claustro de profesores y los alumnos. El viceministro destacó que en ello incide la participación cotidiana de los educadores en las jornadas y acciones científicas.
Haciendo una panorámica de la evolución del sistema de Educación Superior se comentó que a partir del año 1976 los centros universitarios se conformaron junto al ministerio, consolidándose así una nueva estructura que incluyó un modelo de las carreras universitarias, de amplio perfil, y se instituyó la enseñanza a distancia, entre otras reformas.
Sobre las nuevas transformaciones identificó el empleo como profesores de los propios profesionales de cada territorio, para lo que se utilizan las instalaciones disponibles de los municipios, en estrecho vínculo con las autoridades de la localidad.
Masividad vs. calidad
Nuestra educación tiene como concepto clave la masividad, y aspira a elevar la calidad cada día más. La familia cubana, con un alto nivel cultural, exige más del proceso docente-educativo, por ello no escatimamos esfuerzos en esa carrera ascendente en busca de mejores resultados, expresó Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, en una conferencia especial en la cual abordó detalles del sistema nacional de enseñanza, sus retos y perspectivas.
«Nos encontramos en un proceso de perfeccionamiento, el cual no escapa a las deficiencias y dificultades, señaló, pero continuamos en ese empeño y cada curso escolar ponemos en práctica nuevas estrategias que nos permitan lograr la excelencia a la que aspiramos en todos los niveles de enseñanza.
«Convertir las oportunidades que tienen todos los cubanos por igual en alcanzar una cultura general e integral es el objetivo fundamental de la educación cubana», precisó.
En este sentido dijo que la formación laboral de los estudiantes comienza desde las edades preescolares, para alcanzar en ellos conciencia de productores, lo cual es también una de las prioridades de una educación concebida para todos en un país donde el proletariado tiene el mayor peso.
Durante las sesiones de este martes se abordaron también los principales logros y retos de la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado, a 20 años de su creación, la cual cuenta con Cuba como una de sus sedes regionales, en pos de la integración y la cooperación desde la sociedad del conocimiento.