Las féminas cubanas han respondido a las necesidades de la Revolución desde cualquier puesto de trabajo o estudio Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 04:51 pm
A las mujeres cubanas insertadas en las tareas de la defensa de la Revolución fue dedicado este sábado una jornada de intercambio con féminas combatientes del Ejército Rebelde y fundadoras del Regimiento Femenino de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT).
En el Museo de la Revolución, el actual relevo de aquellas primeras muchachas que formaron el Pelotón Mariana Grajales en la Sierra Maestra compartió con la entonces segunda al mando Delsa Esther Puebla Viltres, Teté, actual generala de brigada, y Asela de los Santos, compañera de luchas de Vilma Espín, cuya presencia se sintió multiplicada en cada joven que hoy defiende la Patria.
Hermanadas en la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) hace 49 años, las féminas han sabido responder a las necesidades de la Revolución desde cualquier puesto de trabajo o estudio, pero sobre todo en la primera línea de defensa se han establecido como las Flores de la guerra, como lo recoge un documental de Roberto Chile que pudo ser apreciado en el encuentro.
«Las FAR nos han dado la oportunidad de crecernos como personas, como mujeres y darlo todo por continuar esta obra revolucionaria que ha sido llevada adelante durante estos 50 años», afirmó la sargenta instructora Maidelis Sánchez, una de las muchachas homenajeadas por la UJC, la FMC y las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En ocasión del aniversario 49 de la FMC, la Unión de Jóvenes Comunistas entregó, de manos de Julio Martínez Ramírez, su primer secretario, un reconocimiento a la organización femenina, que recibió Yolanda Ferrer, secretaria general de la agrupación.
Entre recuerdos de los años de la guerra de liberación tanto en la Sierra como en el llano, las actuales batallas de las jóvenes combatientes y las perspectivas de la FMC, transcurrió el encuentro, que contó con la presencia, además, del general de división Manuel Pérez Hernández, jefe del EJT.
Tributo joven entre montañas
Mayarí arriba, Santiago de Cuba.— Retando la bruma matinal, desde la base de la montaña de Mícara, una veintena de jóvenes destacadas de estas serranías, en representación de las de todo el país, rindieron tributo la víspera a la Presidenta de Honor de la FMC, Vilma Espín Guillois, a solo horas de conmemorarse el aniversario 49 de la organización que fundó y a la que dedicó lo mejor de sí.
Hasta el Mausoleo a los Mártires del Segundo Frente Oriental Frank País, territorio que la vio erguirse como luchadora inclaudicable, se prolongó el homenaje que la UJC dedicó este sábado en toda la Isla a las mujeres.
Escoltadas por Karelia y Yelina, dos adolescentes mayariceras que concretaron su compromiso con la defensa de la Patria y se vincularon al Servicio Militar Voluntario Femenino pensando en parecerse a Vilma, llegó una ofrenda floral hasta la llama eterna del serrano Mausoleo y flores portadas por manos noveles fueron depositadas ante la roca que atesora las cenizas de la heroína.
Desde el silencio y la solemnidad quedó sellado el compromiso de las nuevas generaciones con el presente y el futuro de una organización que ha puesto a la mujer a la altura de su tiempo, y la decisión de continuar el camino trazado por Vilma y muchas otras.
Minutos más tarde, trabajadoras sociales, estudiantes, dirigentes juveniles destacadas, pioneras, jóvenes mujeres que representan en amplio espectro el lugar que han conquistado en la sociedad, encabezadas por dirigentes del Partido, la UJC y la FMC, partieron en peregrinación desde el centro del poblado de San Benito hasta el Panteón a los Mártires internacionalistas, en la necrópolis local, para continuar el reconocimiento a aquellas federadas que han derrochado coraje y entrega durante toda su vida en la organización y que son modelo a seguir para una decena de arribantes que recibieron allí su carné de federadas.
Entre versos y canciones, que cual el perfume de las flores esparcieron el legado de Vilma, quedó demostrado que para las mujeres cubanas, particularmente las nuevas, su presencia es guía, enseñanza, compañía permanente. (Odalis Riquenes Cutiño)