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CIEGO DE ÁVILA.— «Hace falta que nos saquen del aula», aseguró una estudiante con vehemencia. Aquello parecía que no tenía lógica. ¿Cómo un alumno va a pedir que los profesores lo saquen del aula, si la razón de él es el estudio?
Pero Naimia Cepero, de la Vocacional de Ciencias Exactas Ignacio Agramonte, estaba en sus certezas cuando emitió su criterio durante el Congreso de la FEEM en la provincia, justo cuando se debatía sobre la formación política y el hábito de estudio entre los miembros de la organización.
«Algunas veces estamos cansados de estar dentro de las cuatro paredes de un aula; hace falta aprovechar otros espacios, como los parques, por ejemplo, y allí estimular la conversación y el interés sobre temas que pueden parecer tediosos», explicó la joven.
Su planteamiento y el de otros delegados apuntaron a la necesidad de buscar métodos no tradicionales en la enseñanza, a buscar vías que potencien la participación del estudiante, a eliminar el mecanicismo de cumplir la tarea al estilo de «niños, tranquilos, atiendan a la clase».
«Para que los estudiantes se interesen por lo que ocurre en la política internacional o en el país es necesario despertarles el interés», señalaron varios delegados. O lo que es igual: no imponerles lo que los mayores piensen que debe ser de interés de los jóvenes.
Ese mecanicismo, que ampara la inercia de determinados docentes, conlleva a ubicar a jóvenes en un aula para que vean la Mesa Redonda o el noticiero; ellos permanecen ahí y miran de vez en cuando al televisor, pero no atienden a lo que se informa.
Lo interesante es que en el mismo sector educacional existen profesores y centros docentes donde se utilizan otras vías para estimular el interés de los jóvenes, como los Encuentros con Clío o los de conocimiento entre grupos, por solo poner algunos ejemplos expresados en la asamblea por estudiantes del Curso de Superación Integral del municipio de Bolivia.
Ese acomodamiento a «la tarea», y la falta de iniciativa que conlleva, es uno de los puntos que deberán encararse en el tema de la formación vocacional hacia las carreras pedagógicas, y más cuando en la propia familia los jóvenes suelen encontrar oposición para ingresar en el Pedagógico.
«Hay que ayudar a encontrarle la belleza a la carrera de maestro —señaló Yadennys Moreno, del politécnico del municipio de Morón—. Sentados en un aula, repitiendo la situación del éxodo de profesores y que es urgente que los jóvenes demos el paso al frente, no se resolverá el problema».
En opinión de Yadennys y otros delegados hay que, literalmente, enamorar a los estudiantes de esa especialidad pero con conversatorios, con charlas, con el reconocimiento a los padres cuyos hijos dieron su disposición.
Patricia Flechilla Frómeta, presidenta de la FEEM, apuntó que el funcionamiento interno de la organización debe estar marcado por la constante preocupación de sus miembros, en hacer públicas sus inquietudes y trabajar porque estas se hagan realidad.
«La FEEM es un espacio de participación de todos los jóvenes de la Enseñanza Media; por eso tenemos que romper la inercia y lograremos que nuestra organización sea una escuela dentro de nuestras mismas escuelas», apuntó la dirigente juvenil.
