Una FEU más comprometida con su tiempo, con un nuevo estilo de trabajo, que le permite llegar con más fuerza a la base. Esos son algunos de los resultados que sus dirigentes identifican a un año de distancia del VII Congreso de la organización.
En la víspera de su 85 cumpleaños, los 157 miembros del Consejo Nacional de la FEU —máximo órgano de dirección de la organización entre congresos— analizó importantes asuntos relacionados con la vida, formación y quehacer de los futuros profesionales del país y con la sociedad cubana actual.
En sesión plenaria, los jóvenes hicieron un recuento de todo un año de trabajo y evaluaron el impacto real del Congreso en la universidad, en la organización estudiantil y en sus casi 200 000 miembros.
Julio Martínez, primer secretario de la UJC, expresó su satisfacción porque el reto que fue lanzado por el Segundo Secretario del Partido, Raúl Castro, en la clausura del VII Congreso, de que los debates no terminarán con el final de la cita nacional, ha sido cumplido por los universitarios.
«Hay que encontrar los métodos que nos conecten con esos que están en la base, aman la Revolución, pero muchas veces no tenemos todos los argumentos para convencerlos, para sumarlos.
«Es bueno sentir que el reto no es solo para los dirigentes de la FEU. Quizá algunos no tienen la dimensión de las palabras de Fidel el 17 de noviembre de 2005 en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, cuando responsabilizó a los jóvenes con la posibilidad de que la Revolución se pierda.
«Deben tener claro cuál es el costo para ellos y para el país de no tener la Revolución, y para que alcancen esa dimensión hay que encontrar los métodos, persuadir, explicar».
Carlos Lage Codorniú, quien presidió la organización hasta este Consejo, precisó que uno de los retos de la organización es que no puede conformarse con tener una vanguardia, sino que su influencia debe llegar a todos. En este sentido la selección de los líderes, la preparación de los que llevarán las riendas en la brigada, es fundamental.
También Lage dijo que ninguna organización en Cuba tiene la historia que atesora la FEU, por eso el respeto a esta y el culto a las mejores tradiciones deben ser un signo del cual estén permeados sus miembros.
Hoy la FEU es más heterogénea, y se precisa de análisis y trabajo en equipo para hallar soluciones creativas a los problemas de la organizaciónEl consejo de la FEU debatío sobre los métodos de trabajo en la organización, mas no quedaron fuera de la discusión los problemas en la asignación de recursos, la ejecución del presupuesto de las universidades y otros temas del desarrollo del país
Además, destacó que hoy no existen soluciones comunes a los problemas, pues la FEU es cada día más heterogénea a partir de la universalización de la universidad. «No puede ser igual el trabajo que realiza un presidente de brigada en un centro, que el que hace aquel que está en la sede municipal.
«En la médula tiene que estar el análisis, saber escuchar a la masa. Por eso es imprescindible que los dirigentes puedan pensar, hallar sus propias soluciones, cambiar, crear».
El intercambio lo abrió un dirigente de la FEU en Ciego de Ávila, quien significó que los análisis que propició el VII Congreso a lo interno de la organización han desarrollado una cultura del debate entre los jóvenes. «Sin embargo es hora de pasar a la acción. El Congreso nos dejó un estilo y un método, y ahora nuestra misión es enfrentar los problemas».
Un representante de la FEU cienfueguera fue preciso en su planteamiento: «Los dirigentes nos pasamos la vida reunidos. Menos reuniones y más acción».
A esto añadió uno de Villa Clara que el dirigente tiene que prepararse, porque «para hacer Revolución en la brigada, hay que hacer procesos con calidad, y para ello el líder tiene que saber cómo innovar».
«Nos hemos fortalecido, pero no somos todos. No hay una reacción política en la brigada, y para eso hace falta que allí esté un presidente incondicional —afirmó un guantanamero—; hay que pensar en la superación política del dirigente, porque tenemos que sumar a todos en la universidad».
En la sesión plenaria se encontraban presentes Lázara Mercedes Gómez Acea, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido; y Luis Ignacio Gómez y Juan Vela Valdés, ministros de Educación y Educación Superior, respectivamente.
Cambios y reconocimientosUn grupo de miembros del secretariado nacional de la FEU cesaron en su labor como dirigentes de la organización, y ahora tendrán la posibilidad de ejercer las profesiones que estudiaron en la universidad.
Luego de preparar el VII Congreso y llevar la FEU hasta su 85 cumpleaños, fue liberado el presidente nacional, Carlos Lage Codorniú, cargo para el cual fue promovido Adalberto Hernández Santos, quien ocupaba la vicepresidencia.
Adalberto o Pepón —como le dicen cariñosamente sus compañeros— es graduado de Licenciatura en Educación en la especialidad de Marxismo-Leninismo e Historia, en el Instituto Superior Pedagógico Rafael María de Mendive, de Pinar del Río.
Igualmente fueron liberados de sus cargos en el secretariado nacional Pavel Pizart, Yenni Cuétara y Yaimel Ponce; así como fue promovido a la vicepresidencia Fernando Luis Rojas, quien dirigía la FEU en la capital.
Empezar por lo altoUn largo debate con José Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación, inició casi al amanecer las sesiones de trabajo del Consejo. El titular ofreció una visión completa y objetiva de las realidades, contradicciones, prioridades y perspectivas de la economía cubana, y alertó de que, aun cuando se trabaja intensamente y en muchos frentes, las soluciones no llegarán de la noche a la mañana.
Ningún análisis puede perder de vista el duro costo del período especial, que no ha terminado aunque los años más difíciles hayan quedado atrás, enfatizó, y habló de la imprescindible contribución de la FEU a la formación de los jóvenes, al rescate y fomento de los valores.
Eso es algo que no admite demora, no se puede esperar a resolver los problemas materiales, sobre todo porque bonanza económica y riqueza espiritual no son sinónimos. Una no lleva automáticamente a la otra, y de esto existen sobrados ejemplos en el mundo, destacó.
A su exposición inicial siguió un amplio intercambio de preguntas y respuestas, para enriquecer un diálogo que no pasó por alto los problemas en la asignación de recursos y la ejecución del presupuesto de las universidades, y miró más allá, hacia el desarrollo del país, con énfasis en sectores como la agricultura, el transporte, la vivienda.
Los estudiantes señalaron los problemas constructivos y materiales de las residencias estudiantiles, las trabas que entorpecen lograr mejorías en la alimentación en los comedores de las becas, la falta de profesores en las sedes universitarias municipales, entre otras inquietudes.
Algunas de estas hallaron respuesta después, en los encuentros con representantes de los organismos, a los cuales están adscritas las universidades, es decir los ministerios de Educación Superior, Salud Pública, Educación y el INDER.
El ministro de Educación Superior, Juan Vela Valdés, y otros funcionarios de alto rango de esos cuatro organismos, examinaron con los dirigentes estudiantiles el cumplimiento de los acuerdos que atañen a su gestión, del VII Congreso de la FEU, celebrado en diciembre de 2006 a la fecha.
Prioridades del quehacer de esa organización, definidas entonces, centraron luego el debate en comisiones, relacionadas con la docencia e investigación, cultura, deporte y recreación, estructura y vida interna de la FEU, relaciones internacionales, historia y trabajo social.
Este espacio para el intercambio permitió analizar experiencias muy recientes, como el Festival Universitario del Libro y la Lectura y los foros sociales universitarios, concebidos a propósito del XV Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE).