La Organización Mundial de la Salud advierte que una de cada cinco mujeres tiene probabilidades de ser víctima de una violación o un intento de violación a lo largo de su vida. Cerca de tres millones de mujeres y niñas pierden la vida cada año como consecuencia de la violencia o el abandono por razón de su sexo.
En los países donde el nacimiento de un varón se considera un regalo y el de una niña una maldición, se recurre al aborto y el infanticidio selectivos para eliminar a las niñas. En otros donde se considera a las féminas propiedad de los hombres, los padres, hermanos y maridos las asesinan por atreverse a escoger sus propias parejas, llamándole a eso asesinatos «de honor».
Un elevado número de ellas mueren por abandono, porque los alimentos y la asistencia médica se destinan antes a sus familiares masculinos.
Las mujeres entre 15 y 44 años tienen más probabilidades de ser asesinadas o heridas por estos sujetos, que la sumatoria de posibilidades de morir debido al cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y la guerra.
El brutal tráfico sexual internacional de chicas jóvenes mata a un número incalculable de ellas sin que sus familiares conozcan en muchos casos cual ha sido su paradero. Cada año, aproximadamente 600 000 mujeres mueren al dar a luz en todo el mundo. Según Naciones Unidas, 6 000 niñas sufren mutilación genital cada día, para evitar que el sexo constituya para ellas un placer. Muchas mueren, otras padecen dolores atroces durante el resto de su vida.