Fotos: Franklin Reyes
A principios de la década del 40 en el pasado siglo, sobresalió entre los alumnos del Colegio de Belén, de los padres jesuitas, en la capital cubana, un joven alumno que con el tiempo estaría entre los hombres más importantes de la historia contemporánea de América Latina y del mundo.
Uno de los sacerdotes y maestros de aquella escuela dejó escrito que ese alumno era una verdadera promesa como persona, como deportista y hasta en el ámbito artístico. Se refería a Fidel.
Parte crucial de esa historia está en los estudios de bachillerato realizados por el Comandante en Jefe entre 1942 y 1945 allí, período en que se destacó como estudiante y deportista, y obtuvo numerosas distinciones como el premio de buena conducta denominado Accesic; los premios de Excelencia en las asignaturas de Español y Agricultura, y el premio Cruz de Honor, y fue seleccionado el mejor atleta colegial del curso 1944-45. Además, participó en actividades de exploración, durante las cuales escaló el Pan de Guajaibón.
Este es uno de los orgullos mayores del hoy Instituto Técnico Militar José Martí, ubicado en el municipio capitalino de Marianao, la cuarta universidad fundada en la Isla y la primera creada tras el triunfo revolucionario de 1959, precisamente con la presencia y la palabra del Comandante en Jefe, el 1ro. de febrero de 1967.
Allí se conserva la habitación donde se alojara Fidel, algunas de sus pertenencias, fotos de su participación en el deporte, su cama y otros objetos que constituyen un tesoro histórico del centro.
En el 2007 el ITM cumplirá 40 años, período en el que no se puede ignorar su papel en la formación de los ingenieros y técnicos de las FAR, a 50 años del surgimiento de esa institución.
Miles de jóvenes cadetes de todo el país han transitado por sus aulas, laboratorios y polígonos de entrenamiento y se han formado como oficiales en distintas ramas del pensamiento científico-técnico en la esfera militar cubana.
El teniente coronel Jesús Bacallao, profesor con 40 años en el centro, manifestó que la función principal de esta escuela es formar ingenieros y técnicos para las FAR en un amplio espectro de especialidades militares.
«Además, desarrolla la formación académica de posgrado mediante todas sus variantes: cursos y diplomados. En estos momentos imparte dos especialidades de postgrado, una con perfil de mando y Estado Mayor y otra de perfil técnico. Además, una maestría y dos programas de doctorado: Electrociencias aplicadas e Historia y Teoría del Socialismo.
«El ITM cubre toda la formación profesional para las FAR en el perfil técnico, básicamente, pero no solo en este, sino también en el mando. La organización es por facultades, según la especialización.
«Hay un conjunto de cátedras que son académicas, que no pertenecen a ninguna facultad y que garantizan la formación básica y de ciencias básicas específicas de los cadetes. Aquí se forman ingenieros, en cinco años, en las especialidades de Radioelectrónica (Radares, Defensa antiaérea, Telecomunicaciones, Lucha radioelectrónica y Aviación); Mecánica (Aviación, Armamento Terrestre, Cohetes y Municiones) e Informática. Estas especialidades también se imparten para la formación de técnicos de nivel medio, durante dos años.
«La cantera esencial del ITM son los bachilleres graduados en las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos de todo el país».
SER CADETESYarisbel Guerra Valdés Yarisbel Guerra Valdés, Karel Enrique Atucha Rivero y Laritza Álvarez Carmona están entre los jóvenes que cursan estudios en el ITM.
Yarisbel y Laritza estudian una especialidad vinculada con las Comunicaciones, al tiempo que Karel cursa la de Defensa Antiaérea.
Yarisbel nació en Pinar del Río, el 3 de abril de 1985. Karel, en Camagüey, el 27 de abril de ese mismo año, y Laritza igualmente en territorio agramontino, el 28 de enero de 1987.
«Soy la única militar de mi familia. Estudio Ingeniería Radioelectrónica en Telecomunicaciones. Siempre pensé en este tipo de carrera de perfil ingeniero, y como me llegó esta oportunidad de acuerdo con el escalafón que tenía, me puse muy contenta», manifiesta Yarisbel.
La joven hace énfasis en que va a ser oficial de las FAR en esta especialidad. Ya está en cuarto año y se graduará en 2007.
Laritza Alvarez Carmona «Me queda un solo año aquí. Después me ubicarán, en dependencia de los resultados académicos que obtenga en mi graduación. Mi Tesis de Grado la comencé a pensar y a elaborar desde el tercer año.
«Me gusta esta escuela, el edificio y su espacio físico, pero sobre todo por lo que se aprende aquí en lo profesional y en la vida, el compañerismo, la solidaridad, la defensa común de la Patria. He aprendido mucho aquí, Tengo 21 años y no he dejado de ser femenina, preparándome como oficial de las FAR».
JEFE DE UNA PEQUEÑA UNIDAD«Mis estudios son intensos y prometedores. Estoy ya en el segundo año, en la especialidad de Técnico Electrónico en Defensa Antiaérea, algo que me encanta. Estuve dos años en los Camilitos de Holguín y uno en los de Las Tunas», confiesa Karel.
«Estuve en un grupo de teatro y luego pasé el Servicio Militar Activo. Opté por esta carrera convencido de su utilidad e importancia y me siento muy bien aquí. Soy jefe de una pequeña unidad de cadetes y aprecio mucho el alto nivel de disciplina que reina en este Instituto, riguroso, pero formador de hombres».
Comenta Karel que lo que más le impacta de este centro de enseñanza militar se resume en dos cosas: que lleva el nombre de José Martí y que en él estudió nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, dos poderosas razones para ser feliz en el cumplimiento del deber patriótico-militar.
«Martí es un paradigma inagotable e imprescindible. Fidel fue uno de los mejores estudiantes en el tiempo que estuvo aquí. Es un ejemplo para toda Cuba y el mundo, pero muy particularmente para nosotros, que desandamos a diario los espacios que él recorrió».
Karel asegura que se propone algún día llegar a general. «Al terminar aquí seré jefe de tropa. Mi especialidad será trabajar con la técnica, pero en verdad me gusta más el mando que la técnica. Los profesores son excelentes y muy preparados y cultos, todos muy capaces de formarnos para el combate».
LARITZA SABE LO QUE QUIERELaritza es la más pequeña de estatura, pero se siente «grande», dice, porque esta es una de las universidades de las FAR con gran tradición patriótica y revolucionaria.
«Ser oficial de las FAR fue una meta que me tracé desde niña, desde que tuve uso de razón y veía a los militares con su porte y aspecto llamativos, marciales, disciplinados y firmes. Me apasiona serlo y he estudiado con un tremendo esfuerzo para no defraudar ni a la Revolución ni a mi familia.
«Soy soltera. Tengo tres hermanos. Después de graduarme, además de ser una buena oficial, pienso desempeñarme como trabajadora política. Me gusta esa tarea en el seno de las FAR. Es una opción por la que siempre he optado también. Me agrada mi especialidad y la estudio con responsabilidad, pero quisiera entregar también mis esfuerzos en la formación política de los combatientes».
Tiene 19 años y como hobby le interesa igualmente el teatro. «Aquí declamo y escribo poesía en versos libres. Me los aprendo y los recito en las celebraciones, ante mis compañeros. No toco ningún instrumento musical, pero me gusta bailar. Así, naturales como nosotros, son todos los jóvenes del ITM, pregunte y lo verá», concluye con énfasis.