EL pasado 3 de octubre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea anunció el propósito de realizar un ensayo nuclear. Seis días después se conoció que el ensayo nuclear se había realizado.
El propio 9 de octubre comenzaron a aparecer de inmediato comentarios críticos casi unánimes sobre el hecho.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió en la mañana del día 9 y sus miembros condenaron la realización de dicho ensayo, el que consideraron como una amenaza a la paz y la seguridad internacionales. Según se ha anunciado, dicho órgano de las Naciones Unidas se reunirá para considerar un proyecto de resolución sobre el tema, que previsiblemente se basará en el texto que ya circula e incluye sanciones económicas y de otro tipo contra la República Popular Democrática de Corea.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que esta acción viola las normas internacionales de desarme y no proliferación, así como la actual moratoria a las pruebas nucleares.
La República Popular China formuló una fuerte declaración afirmando que «la República Popular Democrática de Corea llevó a cabo de manera flagrante la prueba nuclear obviando la oposición generalizada de la comunidad internacional». El gobierno chino también indicó que «estaba firmemente opuesto a dicha acción». Asimismo, «instó a todas las partes involucradas a que respondan serenamente y persistan en la búsqueda de una solución mediante la consulta y el diálogo». China anunció que «continuaría realizando todos sus esfuerzos para alcanzar dicho objetivo».
Es de esperar que los próximos días sean de elevada tensión en los medios políticos y diplomáticos internacionales, cuando se comience a discutir en el Consejo de Seguridad de la ONU un régimen de fuertes sanciones internacionales contra la República Popular Democrática de Corea como consecuencia de la prueba nuclear.