La tecla del duende
Llega octubre y honramos la sabiduría del Gigante asiático, cuando esa nación festeja los 71 años de la proclamación de la República Popular China. Hace apenas unos días, celebramos seis décadas de fraternidad entre nuestros países al más alto nivel. Los proverbios que hoy leerán los ha enviado la amiga Nancy Quintana, a través del libro La abeja diligente, compilación de mil proverbios chinos. Es probable que en nuestra cultura y en otras haya paralelos en cuanto a las esencias; juzguen ustedes:
El sol y el viento discutían para ver quién era el más fuerte. El viento decía: ¿ves a aquel anciano envuelto en una capa? Te apuesto que le haré quitar la capa más rápido que tú. Se ocultó el sol detrás de una nube y comenzó a soplar el viento, cada vez con más fuerza, hasta ser casi un ciclón. Pero cuanto más soplaba, más se envolvía el hombre en la capa. Por fin el viento se calmó y se declaró vencido.
Entonces salió el sol y sonrió benignamente sobre el anciano. No pasó mucho tiempo para que el anciano acalorado se quitara la capa por la tibieza del sol. El sol demostró al viento que la suavidad y el amor de los abrazos son más poderosos que la furia y la fuerza.
Te envío un cálido abrazo desde la distancia, como un rayo de sol (enviado por Maire).
Johnny: Se me acabó el mes, pero no los deseos de esperarte. Tu Juanita.
Alba: No te me ocultes, necesito de tu luz. De la real y de la metafórica que va en tu mirada. Tomasito.