La tecla del duende
Así se titula este libro del joven poeta, repentista y editor habanero Roly Ávalos Díaz, del cual les regalo un sorbo. Con aire irreverente, como siempre es la auténtica poesía, Roly transita de la ciudad a sus nostalgias, de una mujer a su sinónimo, el ensueño, y uno se va con él, casi sin darse cuenta de tanto goce. Enhorabuena.
El viento fue arrancado de raíz./ pero alguien lo estampó en primera plana./ El viento fue arrastrado hacia La Habana/ y huyó despavorido del país./ El viento se perdió en algún desliz/ en alguna tormenta migratoria/ (el alzhéimer del viento es la memoria)/ El viento tose ante las hojas secas./ El viento le desordena las pecas/ los cabellos y las faldas a la Historia.
Un hombre grita en un puente./ No hay oyentes ni futurólogos./ Es un grito discontinuado/ como la frágil estancia/ de los que pasamos cerca/ charlando nuestros asuntos./ Un hombre grita cerca de la baranda de un puente/ y el viento es el único que importa.
Esta ajena mujer/ que dormirá a mi lado para siempre/ se opone al hecho de ser retratada/ aún no tiene nombre ni apellidos/ ni desnudez ni edad, tal vez no se conoce/ o está atrapada en el descuido formal de algún ensueño./ Esa mujer que silba entre los árboles/ nació de madrugada mientras todos/ mezclaban ayes y suspiros/ en cuartos iluminados por una bombilla fúnebre./ Esa mujer se apoya en el brocal de mis antiguos cráteres/ y observa en el vacío cómo nadan los peces/ cómo escuecen sus colas el eco de la espuma./ Esa mujer olvida mis papeles/ después de que su sangre los traduce/ luego de que me grita en el oído/ su violenta ternura de incendiaria virgen./ Esa mujer sabe masticar el agua/ equilibrar un diamante en la punta de la lengua./ Esa mujer-bandera/ conoce mejor que nadie/ la voz preferida de las piedras.
Atraviesas la sangre del silencio/ y todo es más oscuro y cenagoso./ Parte de ambos la lejanía./ Cuando te acercas nada es relativo/ ni los huecos maremotos de tu voz atávica./ Ni mi radiografía./ Bailas desnuda sobre mis ojeras./ Vuelves de una tarde perfumada/ por galanes de noche./ Yo, tango, me persigno/ y hago una reverencia/ sobre los panes de la mudez.
A las 10:00 a.m. de este sábado los tecleros de Holguín se encontrarán en la Casa de la Prensa./ Ese mismo día, a las 2:00 p.m., se reanuda la tertulia capitalina en la Fragua Martiana.
No hay ni una sola historia de amor real que tenga un final feliz: si es amor, no tendrá final; y si lo tiene, no será feliz. Joaquín Sabina