La tecla del duende
Con el buen gusto para combinar teoría periodística, tertulia bohemia y fraternal diversión, los hacedores de la prensa en Cienfuegos convocan cada año a una verdadera fiesta de la Crónica. Y uno sale de allá con ganas de contar el mundo, de fundar una galaxia. De ese encuentro es este texto del colega Reinaldo Cedeño, regalado en primicia a los estudiantes de Periodismo.
Cuando la señorita Alina pidió a los alumnos que subieran a la plataforma, los escalones me parecieron interminables. Habíamos copiado la tarea de geografía del cuaderno de Ángela, y ahora la vergüenza se apretaba a mis pasos como un grillete. Cinco o seis encogidos muchachos nos encontramos… frente a todos los ojos del mundo.
La montaña que se recortaba en la distancia, de pronto, se había despeñado sobre mí. Cuando, en el aula, la pena se volvió más sofocante que el calor, habló la señorita Alina:
—Estoy orgullosa de ustedes, los felicito por haber sido honestos. La verdad, aunque es severa, es amiga verdadera… Y se volvió de espaldas.
La escuché con atención, puse más atención que nunca; pero comprenderla me llevaría años.
Pudiera dibujarla ahora mismo frente al pizarrón verde; pudiera describir su manera de sujetar la tiza… o recortarla desde la azotea de la escuela, adonde me escapaba por la escalera de caracol, y la veía avanzar, pequeña, envuelta en el polvo del camino.
Cuando llegaba con sus papeles acunados en los brazos, con su ropa sencilla, toda la escuela hacía silencio.
La señorita Alina podía cambiar el universo con el extremo del puntero. Con solo un giro íbamos de Tasmania a Groenlandia, de los Montes Urales al desierto de Atacama. Por ella memoricé las capitales de todos los países del mundo. Tiempo después leí en mi expediente escolar, con su letra indeleble: este niño será cartógrafo.
Pero el cartógrafo, entre los juegos, había olvidado sus deberes otra vez. La señorita Alina estampó en una esquina la frase terrible: «No realizó la tarea»… y a seguidas, llené las hojas de borrones, lancé por la ventana la libreta forrada por mi madre, y me gané el castigo.
Al otro día, puso en mis manos una libreta nueva y un libro de fábulas.
Los años se parecen al patio de mi escuela, siempre listo para recibir a unos y despedir a otros… pero algunos son como la tierra.
Cuando la vida me coloca entre la conveniencia de callar y el civismo de romper el silencio, sé que la señorita Alina me está mirando.
Hoy, a las 5:00 p.m., habrá tertulia en la Casa de la Prensa de Ciego de Ávila: Emma Mayoral está de «cumplesueños».// Este sábado, a las 2:00 p.m., en la Facultad de Comunicación (G entre 21 y 23), se encontrarán los tecleros capitalinos para hablar de las coincidencias y el deporte.// Y en Florida, Camagüey, los duendes se verán el domingo 28, a las 9:30 a.m., en la Casa de Amparo Filial.
Deyilien: Te kiero con k, porque con q todos te quieren. Tu Jorgito