Los que soñamos por la oreja
Por estos días está en pleno desarrollo la primera gira de la Agencia Nacional de Rock, un recorrido artístico a través de todo el país y llevado a cabo por varias bandas pertenecientes a dicho catálogo. Bajo el nombre de Rock para mi Isla, grupos cultores de distintos estilos dentro del rock y el metal se presentan en algunas de las principales ciudades del país, en un periplo que viene avanzando desde oriente hacia occidente. Una de las agrupaciones involucradas en el proyecto es Chlover, colectivo que goza de muchísima popularidad entre los seguidores cubanos de nuestra escena metalera.
Integrado en la actualidad por el baterista Orlando Acosta, los guitarristas Alain Echeverría y Milton Núñez (también responsable de hacer voces), Noel Camarotti en el bajo y Michel Hernández en la función de hombre frontal, el 13 de diciembre de 2008 y como celebración del sexto aniversario del grupo, durante un concierto realizado en el Maxim Rock, Chlover presentó su más reciente grabación, la cual lleva por título Primer encuentro con el lado oscuro.
Este material, así como los anteriores registrados por los artemiseños: Pain is weakness, Left the pain (considerado el primer home video en la historia del rock en Cuba), Tercer azul, Sesión 4 y el DVD Sembrar razón, sangrar sudor, se inscribe en la pujante tendencia de las producciones independientes, un creciente fenómeno en el contexto cubano y que ha llevado a que a partir de la actual edición del Cubadisco, tal clase de álbumes también puedan ser presentados con miras a competir en el gran certamen de la fonografía en nuestro país.
El disco de Chlover era esperado con ansiedad por sus admiradores, sobre todo por ver cómo sería el desempeño del nuevo cantante, Michel Hernández. Porque lo cierto es que el anterior vocalista, Abel Díaz, había sentado pautas en el quehacer del piquete y, aunque ya en vivo Michel había demostrado con creces sus potencialidades para llenar el vacío que representó la partida de Díaz, una cosa es el concierto y otra bien distinta es el estudio de grabación, en el que a más de uno los nervios le juegan una mala pasada. Felizmente, Hernández evidenció que él es un vocalista maduro y su desempeño en los distintos cortes de la grabación resulta muy halagüeño.
Uno de los aspectos que más me atrapa del álbum es la calidad de sus textos. Los mismos están concebidos a partir de los códigos de lo que se conoce como poesía urbana y ponen de manifiesto que también en las producciones metaleras hay letras pletóricas de valores en su discurso, el cual deviene testimonio de buena parte de muchas de las actuales preocupaciones de las jóvenes generaciones y que, por lo general, hay quienes creen que solo aparecen en las canciones de los trovadores o de los raperos.
En este sentido, y aunque desde otra perspectiva, los textos de las piezas de Chlover dan continuidad a lo que en los 90 hiciese el grupo Havana.
Algo que también hay que destacar de un trabajo como Primer encuentro con el lado oscuro es la preocupación que los integrantes de Chlover han puesto en la factura final de su fonograma como producto, donde la visualidad no está colocada en un segundo plano. Por ello, la portada del CD corresponde a una obra del artista plástico Yordanis Garmendía, de la que toman el nombre para la grabación. Asimismo, para la contraportada apelan a una imagen del grupo, realizada por Nacho Vázquez, uno de nuestros fotógrafos más activos en testimoniar con su cámara el acontecer del rock hoy entre nosotros.
Desde el prisma musical, en el álbum abundan potentes riffs, que se alternan con fragmentos melódicos, muy bien diseñados. La propuesta de la banda se inserta en las corrientes del nuevo metal y del hardcore, con gratificantes influencias de nombres clásicos del estilo como Pantera, Slipknot y Soulfly. Contentivo de una intro, seis temas y una versión a Killing in the name, original de Rage Against The Machine, mis cortes favoritos son Resistiendo, ...0 y, en particular, Poder a la gente. Como negativo solo le señalaría al CD su brevedad, pero ello no es razón para que los fans de Chlover no aprovechen la gira del grupo para comprar un disco que irradia calidad.