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Tras un sangriento balance en septiembre de centenares de civiles sirios muertos, entre ellos gran número de niños, como resultado de los bombardeos aéreos de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos en su presunta guerra contra el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (DAESH, por su sigla en árabe), los primeros días de octubre suman ya más de 50 inocentes acribillados por la metralla norteamericana.
Uno de los más recientes bombardeos cobró la vida de 45 civiles sirios el lunes último, cuando los aviones de Estados Unidos atacaron una zona muy concurrida de la norteña ciudad de Al-Raqa, según testimonios de pobladores difundidos por la cadena Hispantv.
El día anterior, domingo, al menos 12 civiles perdieron la vida en la provincia de Deir Ezzor, en el este de Siria, según reportó la agencia AFP.
Lo más grave es que Washington decidió formar su coalición anti-terrorista para atacar posiciones del DAESH en Iraq, país que invadió y ocupó a partir de 2003, pero en un gesto de inexcusable arbitrariedad, desde hace tres años comenzó a incursionar en Siria, en contra de la voluntad del Gobierno, que jamás autorizó esas acciones.
A comienzos de agosto, la coalición anti-DAESH asumió la responsabilidad de la muerte de 735 civiles por los ataques aéreos en Siria e Irak desde 2014.
Sin embargo, varias organizaciones humanitarias consideran que esa cifra subestima ampliamente el número de víctimas.
En su reporte sobre el bombardeo de este martes a una barriada del norte de Raqa, la llamada capital del grupo terroristas, la AFP citó como fuente al Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una entidad opositora con sede en Londres que presume de tener informantes en toda Siria.
Según reportó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio, «los civiles estaban sacando agua cerca del estadio municipal, en el norte de Raqa, en el momento del bombardeo». Añadió que entre los 18 muertos figuran cuatro niños.
Por su parte, la organización no gubernamental Antiwar señaló en un comentario sobre los balances de víctima admitidas por el mando militar norteamericano, que «aproximadamente cien civiles murieron en un lapso de 48 horas a mediados de agosto. Esto fue el resultado del bombardeo de las zonas residenciales de Raqqa, algo que sucedió prácticamente a diario durante todo el mes».
Sin embargo, agregó Antiwar, el Pentágono lo redujo a una afirmación absurdamente baja de sólo 50 civiles muertos en todo el mes, a pesar de la documentación de que hubo varios días individuales que tuvieron mayores bajas por cuenta de la acción estadounidense.
Como de costumbre, enfatizó Jason Ditz, editor del sitio web de Antiwar, «el Pentágono subestima dramáticamente el verdadero número de víctimas de una campaña aérea cada vez más agresiva en ciudades densamente pobladas».
«Todavía no está claro cómo el Pentágono tiene el coraje de seguir mintiendo abiertamente sobre los costos de su guerra, pero sí conocemos el método», afirmó Ditz.
Al respecto el prestigioso comentarista subrayó que «el Pentágono dijo que eran conscientes de 185 informes de ellos sobre víctimas civiles. Los 50 muertos admitidos salieron de los 14 informes que creyeron».
Los otros 171 incidentes y los centenares de muertes asociadas con ellos fueron etiquetados como «no creíbles» y desechados.