Inter-nos
Ahí están, una no termina todavía, a la otra se le echa leña nueva —es decir, otra hornada de sangre joven en uniforme de campaña. Las guerras de Iraq y de Afganistán siguen tragando vidas y dinero, mucho dinero... En el día a día casi dos mil millones de dólares salen del Tesoro —es decir, del bolsillo de los contribuyentes— para sortear los gastos militares de Estados Unidos. Un cálculo matemático agobiante, no por las muchas cuentas que hacer, sino porque son las cifras de un despilfarro absurdo y criminal.
Recientemente en el diario The San Francisco Chronicle comentaban la anécdota que hizo el doctor David Katz, director de una clínica comunitaria del Norte de California, en el programa NewsHour with Jim Lehrer que se transmite por el canal PBS (Public Broadcasting System). Él y sus colegas, desde la instalación médica, veían pasar trenes con equipos militares y el «chiste» era: «Si tuviéramos uno solo de esos tanques Abrams probablemente financiaríamos los cuidados clínicos primarios por un año».
Dicen que esa parte de la entrevista al doctor Katz no salió al aire, aunque sí estuvo en el video de la versión digital, pero si el cálculo correspondía a la apreciación de los médicos y no a un presupuesto exacto, no es sustancial, lo cierto es que una necesidad básica como la salud de las comunidades es descuidada en Estados Unidos, donde —además— 47 millones de personas carecen de seguro médico, de ellos, nueve millones son niños.
Sin embargo, existen los datos exactos del despilfarro bélico y de qué y cuánto podría pagarse con esos montos fabulosos. Las cuentas están a cargo del Proyecto de Prioridades Nacionales que tiene una calculadora capaz de conocer el ordeño hecho por el Pentágono a los bolsillos y a las necesidades de cada comunidad. Solo basta con visitar el sitio http://www.nationalpriorities.org.
La clínica del relato está en el condado Yolo que, según el periódico de San Francisco, ya le ha dado al servicio de impuestos 449.8 millones de dólares para la guerra contra Iraq, lo suficiente para garantizarle los cuidados de salud durante todo un año a 168 154 niños.
Cuando llevaron los numeritos a nivel de todos los condados del área de la Bahía de San Francisco, una de las más densamente pobladas de EE.UU., lo gastado en Iraq sería suficiente para que durante doce meses 9 284 504 personas estuvieran protegidas médicamente o pudieran pagar 67 522 viviendas adecuadas.
Según la información suministrada por esa página web, de los impuestos pagados en 2007 el 40 por ciento fue destinado a los gastos militares, mientras que la educación solo recibió el 4 por ciento.
Ya escribí una vez, quizá más de una vez, sobre este reloj de la realidad, que inexorablemente continúa marcando una hora contra el tiempo. Los estadounidenses viven en el engaño, la promesa de acabar con una guerra se desvanece en el humo de otra que se refuerza... Y mientras tanto, la economía va en caída libre y sin que se le vea el fondo al pozo.