Frente al espejo
«Admirable Eusebio Leal y todo lo que hace por La Habana. (El poema infinito de la lealtad, Mario Cremata Ferrán, 10 de noviembre). Esta ciudad no me vio nacer, pero cumple años el mismo día que yo, salvando la cantidad y las distancias. Fue mi mami, quien me enseñó a admirar y querer a mi bella Habana. Y sí, la siento mía como la sentía ella, desde que la conoció en sus años de adolescencia, siendo apenas una guajirita de preuniversitario. Y a golpe de costumbre aprendió y me enseñó, como diría Gerardo Alfonso, a andar sus calles, sus barrios y sus lugares. Gracias Eusebio por conservarla para nosotros. Si tuviera la oportunidad, este 15 de noviembre, mientras le diera la vuelta a la ceiba, también pediría tiempo, tiempo y más tiempo… Gracias, Mario, por la entrevista». (Delicia).
«El Ministerio de Salud Pública investigó y publicó los resultados sin ocultar nada (Cuba, lo que cuesta una vida, Ricardo Ronquillo Bello, 12 de noviembre). Se trata de una negligencia que costó la vida de una niña, dolorosa pérdida, irreparable para esos padres, pero desafortunadamente los humanos cometemos errores, si lo comete un carpintero, quizá el banco quede cojo, se puede reparar, un mecánico arregla mal un motor, se puede reparar, pero un error médico cuesta una vida, eso es irreparable, pero ocurre, muy raramente, pero ocurre, y no porque nuestros médicos y enfermeras sean incapaces o negligentes, pero los errores son humanos y no es que lo aceptemos, pero no hay que satanizar nuestro sistema de salud, ni a nuestros profesionales, eso sería injusto, no hay que alimentar a los malintencionados que siempre buscan la manera de desprestigiar lo que se debe cuidar». (Miguel Ortega)