Frente al espejo
«Muchos deben una disculpa a este género y a sus seguidores en nuestro país (Del Metal extremo, ¿al prejuicio extremo?, Yelanys Hernández Fusté, 7 de febrero)… Uno de los prejuicios que se arraigó más en anteriores generaciones fue el que se enfiló contra los roqueros, y sigo sin entender qué pasa con este género, quienes lo cultivan y quienes lo siguen en nuestra sociedad. Creo que deberían abrirse más espacios para estos jóvenes y no tan jóvenes… Si se desea ver que tiene público de todas las edades, los invito a las peñas habituales del Café Cantante del Teatro Nacional, y verán un ambiente totalmente fraternal y de respeto, a diferencia de lo que ocurre habitualmente con seguidores de otros géneros… Muchos confunden “apariencia” al vestir o el corte de cabello que se lleva, etc., con comportamiento y valores… Aplaudo que dedique un espacio a enaltecer a quienes cultivan este género musical o gustan de él…». (Judith)
«Susana, tu artículo me parece muy apropiado para las nuevas circunstancias económicas de nuestro país (La máscara detrás del mostrador, Susana Gomes Bugallo, estudiante de Periodismo, 2 de febrero). A la vez, pienso que el fenómeno no es nuevo; tiene raíces históricas que no debemos olvidar ni dejar de analizar, para comprender tus ideas y ubicarlas en su contexto… Personas al frente de las nuevas formas de gestión muchas veces se apropian de conductas positivas o negativas que han visto o incorporado a lo largo de estos años… Se debe realizar una investigación del modo en que actúan esas personas. Solo así podemos aceptar o refutar una conducta del tipo que usted plantea. No estoy de acuerdo con la conducta paternalista de muchos dirigentes de entidades, pero sí estoy de acuerdo en que hay que controlar lo que se planifica y organiza, y hacerlo de forma muy profesional y éticamente aceptable por el colectivo laboral». (Bárbaro Elisor Hernández)
«Camilo era pueblo, cubanía (Ribeteado de leyendas, Lisandra Gómez Guerra, 6 de febrero), uno de esos seres humanos con los cuales la muerte pierde su tiempo tratándolo de borrar de la lista de la vida. Él sigue presente, como lo demuestra este artículo escrito por usted, amiga Lisandra, que nos recuerda su perfecta sonrisa y el respeto, la admiración y amistad que impregnaba en todo el que tuvo la dicha de conocerlo. Su brazo aún está extendido al viento y hay que seguirlo, porque a lo mejor tú, por tu edad ahora no tendrás mucho que contar, pero todavía no se ha contado todo sobre Camilo, porque él está ribeteado de leyendas. Te felicito». (Modesto Reyes Canto)