Frente al espejo
«Le escribo respecto al artículo que recientemente publicó en JR (Tres años sin fumar, Juan Morales Agüero, 9 de junio). Me pareció excelente. A mí me ocurrió lo mismo. Tenía ya unos 20 años fumando y al crecer mis dos hijos, cuando ya tenían unos cinco o seis años, se me tiraban encima para quitarme los cigarros cuando veían que yo los sacaba. Ese gesto de ellos me alarmó mucho y fue la clave de mi éxito.
«Ya tengo unos diez años sin fumar y detesto cuando alguien lo hace cerca de mí. Ahora lo veo, como diría un profesor compañero mío, como algo “dinosáurico”, anacrónico, y lo combato llamando a la reflexión cada vez que puedo… Pienso que nuestros medios de comunicación debían ser más eficaces en la campaña contra el hábito de fumar, de ahí la importancia que le veo a su artículo». (Daniel)
«Una persona me comentó de este trabajo (Amores de verano, Roberto Díaz Martorell, 10 de junio). Puedo decir que ha sido un artículo muy refrescante por la forma en que se escribe y aborda el tema. En estos días hemos hablado en cada esquina —como una constante pi— de calor, calor y más calor. Cuando leía se me ocurría comparar al presente mes de junio como un “mes menopáusico”, por aquello de que las mujeres en ese momento de sus vidas refieren que “tienen unos calores…”.
«Pero si seguimos el hilo de la idea, podemos decir que este “junio menopáusico” también se está comportando como una de esas famosas “malas suegras” —las de los chistes—, que interfieren y hacen lo posible por hacer la vida imposible a la pareja de su hijo o hija. Y por eso, coincido con Díaz Martorell en que el antídoto sea siempre “hacer el amor al jugo”. ¡Y cuidado…! Aunque jóvenes y vigorosos, no abusar mucho del sofocón. Recuérdese que hay que ahorrar electricidad; y más que sentarse frente al ventilador, darse un buen baño con agua fría —por supuesto, ahorrando también el preciado líquido que escasea en la presa Zaza. Nada, que como podemos ver, siempre habrá inconvenientes contra los cuales luchar, así que, aunque no sepamos cómo, vale la pena buscar de manera persistente un encanto a toda costa». (Julio César Hernández)
Exxon Valdez —también lo he encontrado escrito con s— es el nombre del petrolero que, en marzo de 1989, se accidentó frente a las costas de Alaska y dejó escapar al mar millones de litros de crudo, causando el peor desastre ecológico que recuerde esa región. Nuestro agradecimiento a un lector que alertó sobre su incorrecta escritura —Exxo Vazquez— en el reportaje Marea negra para la tristeza (suplemento En Red, Mileyda Menéndez Dávila y Eyling Ruiz, 13 de junio).