Frente al espejo
La publicación de los comentarios Inteligencia creativa (Hugo Rius, 15 de febrero) y El ejemplo de las tesis (Julio Martínez Molina, 1ro. de marzo) ha motivado a que no pocos lectores expresen sus puntos de vista acerca de la lógica con que a veces miramos ciertos asuntos. A partir del ejemplo de las recientes disposiciones del Ministerio de Educación Superior sobre la entrega de las tesis por los graduandos, ambas invitaciones a pensar siguen encontrando ecos, como confirman los siguientes criterios:
«Le comentaba al colega Julito que pareciera haberse desatado una campaña contra la medida dispuesta por el MES, en tanto le he escuchado a no pocos alumnos —que debieran ser los primeros en dar saltos de euforia por la decisión—, argumentos tan banales como aquel de que no todo el mundo tiene a mano una memoria flash o el soporte adecuado para la tesis, que si esto o lo otro...
«He tenido “agarres” con más de uno de los detractores y les he echado en cara todo eso que primero Hugo y ahora Julito esgrimieron como argumentos para sus comentarios, y razonaba con ellos si no se han puesto a sacar cuentas de la diferencia entre “caerle detrás” a hojas de papel de primera calidad, separadores, impresora láser (para estar en onda, porque si te apareces con una tesis impresa en una vieja Epson de punto clasificas como un “cheo”), tapas y el resto de la parafernalia que implica presentar tesis impresa en original y dos copias; o pedir prestada —en caso de no tenerla— una memoria portable...
«Hay que ser muy “cerrado” para no ver las ventajas de algo que beneficia a todos, pero además resulta ya práctica común en las universidades del mundo entero, por no alegar que socorrida usanza en otros niveles educacionales (enseñanza técnica y de bachillerato), en las cuales los educadores recurren incluso al empleo del correo electrónico. Les sugiero escribir sobre el asunto en el suplemento En Red, y hablar hasta de la práctica bien extendida de los exámenes on line a la cual recurren universidades en Estados Unidos, Canadá, España y Francia, por solo mencionar cuatro países). (Héctor R. Castillo Toledo, semanario 5 de Septiembre, Cienfuegos)
«El asunto de la presentación de los trabajos de tesis, trabajos de cursos, etc., es una problemática que nos afecta a todos. Mis familiares ya están graduados, pero tengo vecinos con hijos en las escuelas, y a menudo me tocan a la puerta con estas necesidades.
«Desde los primeros niveles se exigen trabajos. Y en determinadas ocasiones los trabajos terminan haciéndose en casa por los padres, tíos y hasta vecinos.
«En primer lugar está el asunto de las hojas. Una libreta dedicada a todos los trabajos del curso, como un registro histórico del estudiante, es suficiente.
«Ningún trabajo debe llevar fotografías, ni nada que mutile libros o revistas, ni nada que haya que comprar para su presentación, ni que haya que pintar, porque no se trata de clases de dibujo. El valor de un trabajo investigativo radica en lo que está escrito, por lo que debe ser presentado en la letra del educando, quien preferentemente ha de confeccionarlo en horas de biblioteca en la propia escuela. Un trabajo hecho por el estudiante fuera de la escuela no garantiza que lo haya realizado el mismo estudiante.
«Acerca de las tesis recuerdo que la metodología de la investigación nunca habla de carátulas. Inventarse carátulas es como hacer de los quince una fiesta de millonarios... Eso es algo que podemos evitar». (Mercedes Delgado)
Y las opiniones sobre otros temas también han congestionado nuestro buzón:
«Quiero agradecer el reportaje La cara oculta del ladrillo (1ro. de marzo), que escribieron Mariela Martín, Zenia Regalado, Héctor Carballo y Juan Morales, alentador para todos aquellos que han perdido sus casas y para los que aún soñamos con un pequeño espacio donde formar un hogar.
«Su trabajo demuestra cómo la descentralización en la producción de materiales para la construcción está dando un vuelco a esta industria, permitiendo que se cumpla con el llamado de Raúl cuando refirió que el esfuerzo propio es decisivo para este enorme reto. En otros trabajos se ha abordado el tema de la escasa fuerza constructora y mi pregunta va en ese sentido: si ya estamos revitalizando la industria de producción de materiales, ¿cuándo vamos a revitalizar las microbrigadas que se crearon en los centros de trabajo? Conozco muchos trabajadores que están dispuestos a retomar esta iniciativa que sí resolvió muchos problemas en el pasado reciente. Me gustaría que se abordara este tema con toda la profundidad y claridad posible». (Noelio García, profesor de la Universidad de Ciencias Informáticas)
«He leído el artículo Magia de un oficio viejo, de los periodistas Hugo García y Lis García (27 de febrero). Siempre me causa mucha alegría leer cualquier cosa que se escriba sobre Ediciones Vigía, y mucho más disfrutar cualquier ejemplar que salga de esas “manos”. Al final del reportaje se deja ver que corre riesgo de perderse la colección ubicada en la propia sede de la editorial. Creo que sería sumamente importante dedicar un artículo completo al tema, al menos para sensibilizar a quienes tengan la responsabilidad y puedan impulsar cualquier proyecto que evite la pérdida de los ejemplares que allí se atesoran, actividad muy difícil. Podrían evaluarse, además, otras vías para que estos ejemplares queden en algún tipo de memoria o soporte ante la imposibilidad de evitar su pérdida». (Ing. Reynaldo Alonso Reyes, decano de la Facultad de Informática, Instituto Superior Pedagógico José Martí, Camagüey)
«Muy útil, interesante e instructivo el trabajo Del saber, la crítica y el diseño (4 de febrero). El compañero Guevara, como nos tiene acostumbrados, no solo es un hombre de pensamiento, conocimientos y cultura, sino que une a su verbo una experiencia práctica admirable... Trabajo en la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas, y agradezco la totalidad del trabajo, pero el subtítulo III (Sobre el diseño, instrumento de expresión del rigor intelectual y ético) es imprescindible que lo tengamos presente todos los que trabajamos en la construcción, mantenimiento y producción... Su ejemplo de la producción cinematográfica tiene la virtud de ser entendido como arte y como industria». (Rodolfo Parra Rojas)
«Amigos Luis Luque y Julio Martínez Molina: Una vez más, gracias por sus artículos que son tan estimulantes. En este caso, me refieron a los titulados Haendel en La Habana y Para no perder la brújula (8 de febrero). Salieron publicados uno al lado del otro, como para complementarse... Ellos trajeron a mis oídos dulces melodías, que tanto nos hacen falta en estos tiempos de bullicio extralimitado, capaz de engendrar más violencia y viceversa. Sigan así. Gracias también a JR por su maravilloso equipo periodístico». (Walkyria Cao Fonticoba)