Acuse de recibo
Con el título ¿Le troncharon la Maestría por su padecimiento?, se publicó aquí el pasado 11 de enero la queja desde la ciudad de La Habana, de Niurka Fraguela Semanat, trabajadora de Etecsa que optó por la convocatoria a una Maestría en Rusia, en la que solo ocho candidatos resultaron aprobados.
Refería, entre muchos otros aspectos, que en mayo de 2024 entregó los documentos para enviar a Rusia, entre ellos un certificado médico donde explícitamente se reflejaba su enfermedad de diabetes, con tratamiento insulino-dependiente. Y a mediados de noviembre de ese año, la empresa le comunicó, de un día para otro, que su candidatura estaba «congelada», por lo cual se sintió discriminada.
Responde Eudaldo Morales Gutiérrez, director de Capital Humano de Etecsa, que esa empresa posee un programa de capacitación, superación y perfeccionamiento de su fuerza de trabajo. Y entre las diversas modalidades que se utilizan para estos fines, está la opción de acceso a programas para becas gubernamentales que se promueven por el Ministerio de Educación Superior y se viabilizan por el Ministerio de Comunicaciones.
Sobre el programa de becas para 2024, señala, la convocatoria para posibles candidatos a becarios se recibió en la empresa en diciembre de 2023, y en marzo de 2024 se seleccionó un grupo de especialistas como propuestas.
En el proceso, dice, se exige la presentación de varios documentos asociados a la formación, como títulos académicos y certificación de estudios terminados; y otros como chequeo médico del candidato, que ofrece información sobre su estado de salud y padecimientos. Y el seguro médico del programa de becas esclarece que no se cubren enfermedades crónicas.
Indica que en diciembre de 2023 se recibió la mencionada convocatoria, y el 13 de ese mes se realizó la propuesta de candidatos, dentro de los que estaba Niurka. Y los datos para este grupo preseleccionado se enviaron al Ministerio de Comunicaciones, aprobados el 14 de marzo de 2024. Se supo de tal aprobación en carta emitida por el Ministerio de Educación Superior (MES), recibida posteriormente en Etecsa.
En septiembre de 2024, una vez validados los documentos académicos por el MES y la universidad en cuestión, se inició por la empresa un grupo de trámites de requerimientos internacionales como la solicitud de confección del pasaporte y visado, y la gestión de las ayudas financieras, entre otros. Y en el proceso de confección del expediente, en intercambio con la trabajadora se abordó el tema de su padecimiento. Ella comentó que ya tenía cubiertos seis meses de medicación, y planteó su preocupación de cómo la empresa le podría hacer llegar el resto de sus medicamentos, a partir de que conocía que otros organismos, como el Minrex, tenían mecanismos para sus trabajadores.
Se le explicó que la empresa no cuenta con vías de este tipo, y que, luego de realizar las consultas a los niveles correspondientes, se constató que en ese organismo no existen esos mecanismos.
De nuevo se revisó su condición, se hicieron consultas a un especialista en Endocrinología, quien certificó que en ausencia de medicamentación había riesgo para la vida. Y se concluyó que no había garantías ni para su medicación permanente ni para su atención, en caso de un incidente imprevisto de salud en tan extenso período de tiempo como tres años.
En noviembre de 2024 se organizó un encuentro con la trabajadora en el que ella expuso su opinión. Se le explicaron las preocupaciones sobre los riesgos de su seguridad ya dichos, y se le propuso una Maestría en Informática Aplicada, con igual nivel de grado de especialización, para no afectar ni el propósito empresarial ni su expectativa individual, incluyendo la garantía de transportación a través de su área de trabajo. Pero la opción no fue aceptada.
Y en presencia de sus jefes y las áreas involucradas, se le notificó la decisión de no continuar en el proceso a partir de los análisis hechos y los riesgos identificados. Desde que se detectó la situación, los especialistas de Capital Humano, Capacitación y Relaciones Internacionales intentaron hallar alternativas para atenuar algunos problemas: no tener garantías de los medicamentos para cubrir todo el período ni de atención médica ante una situación de peligro para la vida, no contar con otras capacidades de respuesta ante emergencias no cubiertas en las pólizas, y tener la experiencia de cómo funcionan las pólizas de estos cursos.
No fue posible hallar soluciones. Se sopesó siempre el bienestar y la seguridad para la salud de la trabajadora y la responsabilidad administrativa de la empresa como promovente, en una acción gestionada y soportada institucionalmente, concluye.