Acuse de recibo
El pasado 12 de julio, y desde el poblado de Vázquez, en el municipio tunero de Puerto Padre, Marlén Almaguer Ricardo contaba que en la primera quincena de junio estuvieron allí sin agua, pues la turbina del pueblo se averió. Hubo agua unos días, y de nuevo sin ella….
Y ayer, más de cuatro meses después, recibí la respuesta de Adela Peña Velázquez, especialista de Atención a la Población de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Las Tunas, en una carta fechada el 9 de agosto de 2023.
Señala la misiva que la comisión creada al afecto se entrevistó con Marlén y revisó toda la documentación. Explica que la comisión comprobó que es cierta la veracidad de su queja: la turbina se rompió el 11 de junio, fue reparada el 13 del mismo mes, bombeó unos días y el 22 de junio presentó problemas nuevamente.
Indica que la turbina fue enviada a los talleres para ser reparada, pero no se dejó de brindarles el servicio de agua en pipas. Al respecto, se activó un puesto de mando con los delegados al frente, encargados de distribuir las pipas a las circunscripciones, zonas y barrios más afectados.
Explica que esa es una zona que recibía el servicio cada tres días y se le mantuvo el mismo ciclo en el tiro de agua en pipa. Y manifiesta que «la recurrente tenía que haberse acercado a su delegado y explicarle la situación que presentaba en su vivienda, o al presidente del CDR».
Añade que «realmente lo que faltó fue más comunicación con el delegado para distribuir el agua en su zona», Y que la queja quedó solucionada, pues recibieron el servicio de agua por la red. Declara el planteamiento «con razón en parte».
Lo primero que llama la atención es la morosidad con que se responde a una queja más de cuatro meses después, cuando ya estaba redactada desde el 9 de agosto. Lo otro es por qué declaran la queja «con razón en parte», si reconocen su veracidad. Si indican que faltó comunicación al respecto, por qué señalan que Marlén —quien sufría la falta de agua— tenía que haberse acercado al delegado o al presidente del CDR, si precisamente faltaba información a los afectados.
Orlando F. Alpízar Bello (Bellavista 671, apto. 9, entre Colón y Lombillo, Plaza, La Habana) cuenta los avatares desde que en septiembre pasado solicitó un certificado de defunción vía on line al sitio web del Ministerio de Justicia.
Entonces, supo que el documento lo podía recoger en ocho días. Y la respuesta recibida el 19 de septiembre por esa vía fue que con el PIN 7467244 HVQC en el sitio https://certificaciones.minjus.gob.cu/, podía consultar el estado en que marchaba la gestión.
Tras algunas consultas, siempre con la respuesta: «está en manos de un tramitador, pero hay atrasos», considera que pasados 55 días hábiles, y sin solucionar el pedido, es suficiente para hacer pública su insatisfacción.
«Quienes atienden estas solicitudes deben y tienen que comprender que quien solicita un documento legal lo hace por un motivo específico, nunca por la posesión de algo innecesario», concluye.