Acuse de recibo
El pasado 17 de octubre, y desde el edificio Bicoa del reparto Micro 9 en la ciudad de Santiago de Cuba, Clara Esperanza Palacio Orozco calificó aquí de «chapucería, mal trabajo, y hasta una vergüenza» ese inmueble donde reside, que tiene poco tiempo de construido.
Grandes filtraciones en los techos de los apartamentos del quinto piso para abajo. Se corre el peligro de cortocircuito, al salir el agua por los tomacorrientes y las rajaduras de techos y paredes. A punto de convertirse en inhabitable. Así lo describía.
«Se me mojan los dos cuartos, decía. Mis ropas y zapatos he tenido que botarlos con moho por la humedad. La escalera se está desbaratando. La manta está rota, los tanques no tienen tapas ni boyas. Hay que levantarse de madrugada a sacar agua, parece una piscina. Y peor cuando llueve.
«Sabemos que el país y la provincia no cuentan ahora mismo con los recursos necesarios, pero hay mipymes que se dedican a la impermeabilización de techos y tienen la materia prima y la fuerza laboral».
Es de conocimiento de funcionarios del Gobierno y el Partido en el municipio y la provincia, decía; y hasta ahora no hay respuesta. Los funcionarios van, tiran fotos, sacan videos y se van…, concluía.
Responde Yarislín Matos Palú, directora municipal de Vivienda, que se visitó y entrevistó a Clara. Y detectaron en su apartamento humedad en muros y entrepisos, al extremo de que ella tuvo que colocar una especie pequeña de canal para de forma emergente aminorar el impacto.
Esa situación, les dijo Clara, la presentan varios vecinos, sobre todo del 5to. piso hacia abajo, donde el agua sale por los tomacorrientes. Y ella lo ha planteado en diferentes instancias, incluso el Distrito No. 1 de Vivienda y el Gobierno del Distrito José Martí. La han visitado. pero sin materializar una acción que solucione el problema.
Yarislín confirma la veracidad de lo planteado, y añade que allí han estado los compañeros del Departamento de Conservación, y de Edificios Multifamiliares de la Dirección Municipal de Vivienda, que atienden ese Distrito (no especifica si a partir de lo publicado o antes).
Informa que se les explicó la carencia de boyas (válvulas de cierre) en los tanques elevados, y que los vecinos debían de comprarlas. Y agrega que «toda vez que hayan caducado los términos de reclamación pactados en el contrato inversionista-constructor, debían dar solución a las problemáticas a través de la Junta de vecinos».
Sobre la impermeabilización que requiere la cubierta del inmueble, precisa que no se ejecutó en lo que va de año, pues las asignaciones de este tipo de recursos a la provincia no han sido suficientes en correspondencia con las demandas de ese material.
No obstante, dice, se determinó incluir el edificio en el plan de impermeabilización de 2024. Y su ejecución estará en correspondencia con las asignaciones del impermeabilizante.
Se agradece la respuesta, pero no se explica el porqué si Vivienda fue el inversionista de la obra, permitió que ese edificio se construyera con tantas chapucerías, que ahora sufren sus residentes. ¿Quién paga por eso? Tampoco se explica por qué nada se había hecho al respecto, si era de conocimiento de tantos niveles de decisión.
Ojalá en 2024 se impermeabilice al menos la cubierta, antes de que se sigan «filtrando» la indolencia y la chapucería.
Desde la Calzada de Luyanó, No. 608, en el municipio capitalino de 10 de Octubre, Carlos Díaz Pérez se duele de varios olvidos:
«¿Cómo es posible que el 4 de noviembre, Día de la Caña de Azúcar en nuestro país, y del nacimiento del sabio Álvaro Reynoso, no se haya mencionado ni una sola palabra en la prensa ni en los noticieros nacionales de radio y televisión?
«También hace unos días falleció Luis Martell Rosas, sindicalista azucarero de la estirpe de Lázaro Peña, y nada. El 6 de octubre falleció Edison Velázquez colaborador y asesor del Che y excelente dirigente azucarero. Tampoco.
«¿Qué pasa con nuestro sector, que le ha dado vida al país?», concluye.