Acuse de recibo
El pasado 20 de septiembre, y desde Santa Fe, en el municipio capitalino de Playa, Lázaro E. Suárez Suárez denunció aquí que en la avenida 7ma., entre 284 y 294, en esa localidad, había sendas fosas de dos edificios vertiendo sus aguas negras y desagradables olores.
Bajo el título Las sucias aguas del olvido, Lázaro contaba que la sucia confluencia descendía por la avenida y convergía en la única alcantarilla existente en la calle 284, la que, por falta de limpieza, casi siempre está tupida. Y el problema se agravaba con las lluvias, pues se convertía en una laguna por donde deben transitar los vehículos.
Y para colmo, por la orilla de la acera norte de la avenida se encontraba la tubería que distribuye el agua a la población. Y en la intersección de la avenida 7ma. y la calle 284, desde hace varios años había un hueco, justo encima de esa conductora, que era una piscina los días en que se abría la válvula maestra de distribución del agua.
Esa agua, precisaba, se contamina con las aguas negras de las fosas, y al día siguiente cuando se cierra esa llave de distribución, son succionadas por ese tubo que se ramifica hacia cada una de las viviendas. ¡Tamaño peligro!
El hueco justo encima de la conductora de agua, ya casi llegaba al medio de la avenida. Y los vehículos caían en esa furnia Además de las constantes roturas que ocasionaba a los carros, en cualquier momento podría ocurrir un accidente, agregaba.
«Los vecinos somos los que limpiamos las calles y destupimos las alcantarillas, así como rellenamos con escombros el mencionado hueco. Llevamos años planteando lo mismo, pero todo sigue en un punto muerto», concluía.
Al respecto, responde Mariyorkis Medina Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que «en inspección técnica realizada al lugar de referencia, el funcionario Michel Murray Ramos comprueba que la Brigada de Alcantarillado Oeste ejecutó la desobstrucción y limpieza del Alcantarillado, y la Brigada de Acueducto Oeste solucionó la fuga de agua potable, con la reparación de la tubería afectada.
«El funcionario orientó también tramitar en la Empresa de Saneamiento Básico de La Habana, (calle 51 y 124, Telf. 72624442), municipio de Marianao y con la Dirección Municipal de la Vivienda del municipio de Playa, los servicios de escombreo y limpieza de las fosas de los edificios para la solución definitiva de la queja.
«El promovente, Lázaro E. Suárez Suárez, se encontraba trabajando al momento de la visita. Mayra Poppe Caisol (esposa) firmó conforme la hoja de entrevista», concluye.
Se agradece la respuesta, la solución al fin del caso por lo que le concierne a Aguas de La Habana y la orientación del trámite referido a las fosas, que es responsabilidad de Saneamiento Básico, entidad que no ha respondido.
Pero lamentablemente no se explica por qué tuvo que publicarse el problema para que se solucionara, cuando los vecinos llevaban años planteándolo. ¿Ello quiere decir que si no se hubiera revelado aquí, seguirían rodeados de «las sucias aguas del olvido»? Las respuestas a las quejas ciudadanas deben caracterizarse por su profundidad, integralidad y transparencia. No son meras ocasiones para cumplir con retardo lo que no se había hecho durante tanto tiempo.
Rosa María Martínez Pérez e Ismael Pérez Gutiérrez (Santa Catalina no. 657, entre La Sola y Goss, Diez de Octubre, La Habana) refieren que llevan durante más de seis meses reportando una rotura de la entrada de agua al reloj del edificio continuo a su casa, el número 661. Y tuvieron la visita de dos inspectores, pero no se ha solucionado.
«El agua, afirman, entra e inunda el frente de mi casa, ha descarnado los canteros y corre calle abajo. El dengue es un riesgo con la laguna que se ha creado en el sótano del edificio. La tienda Aníboles ya es un basurero-pantano al frente de mi casa», manifiesta.