Acuse de recibo
Carlos Alberto Miranda Pantoja (Cocal 224, entre Purísima y San Salvador, Manzanillo, Granma) asegura que tiene pruebas fehacientes de que la Empresa Eléctrica le ha cobrado el consumo de energía por encima de lo gastado realmente.
Cuenta que el 6 de febrero pasado le cambiaron el metrocontador. Cuando el inspector hizo la sustitución, él le insistió que quedara registrada oficialmente la lectura del contador sustituido, pues era la prueba del consumo registrado entre el 21 de enero (fecha de la última lectura) y ese día. Y la lectura quedó registrada en un modelo que el propio inspector llenó como parte del procedimiento, aunque le dijo que se olvidara de eso, pues el consumo iba a ser calculado con base en el promedio de lo que marcara el nuevo contador entre el 6 y el 20 de febrero, fecha de la próxima lectura.
Cuando fue el nuevo lector–contador e hizo su lectura del equipo correspondiente, Carlos le planteó de nuevo su preocupación. Y este le dijo que iba a informar sobre la situación a su superior. Le daría respuesta de su gestión posteriormente. Así fue, y le informó que no procedía su petición, que le iban a cobrar de acuerdo con el consumo promedio en el período comprendido entre el 6 y el 20 de febrero, como ya le habían dicho.
La factura le llegó el pasado 2 de marzo. Y se dirigió a la UEB Eléctrica municipal. Fue atendido por Leonides, quien le orientó que debía tratar el asunto con el inspector de mesa o la administradora. Se presentó ante el inspector de mesa, quien le confirmó que en casos como este, relacionados con cambio de contadores, se aplica el procedimiento que presupone calcular el consumo de 30 días por el promedio en el período de tiempo a partir del cual se instaló el nuevo contador.
«¿Por qué la Empresa, en mi caso, decide calcular mi consumo, cuando en realidad lo conoce con exactitud?», cuestiona Carlos. Y argumenta con cifras: La lectura del 21 de enero fue de 7 904 Kwh y el día que cambiaron el contador, 6 de febrero, se habían registrado 8 021 Kwh. Ello significa que consumió en ese lapso 117 Kwh. El 20 de febrero, con el nuevo contador, se registró la lectura de 126 Kwh; por lo cual el consumo resultante es 243 Kwh.
«Estos datos la Empresa los conoce, dice, pero me aplican un procedimiento que en realidad es útil cuando no se conoce el consumo del cliente. Por eso promediaron el consumo del período de tiempo con el nuevo contador (126 Kwh dividido entre 14 días, lo que arrojó el resultado de 9Kwh/día y lo multiplicaron por los 30 días correspondientes al mes. Y me pasaron una factura que estimó mi consumo en 270 Kwh: 27 más de lo que en realidad se gastó en mi hogar.
«¿Es justo que a todos se aplique similar procedimiento? ¿Realmente en mi caso hay que aplicarlo? ¿Por qué me obligan a pagar por una cantidad de electricidad que no he consumido? Espero respuesta de las instancias superiores de la empresa de electricidad», concluye.
Antonia Iglesias Pérez (Donato Mármol no. 906, entre Ahogados y 1 Oeste, Guantánamo) denuncia que en su barrio apenas entra el agua. Solo quienes poseen turbina pueden abastecerse de algo. Y como ella no la tiene, en su hogar hace tres años que están secas las tuberías.
Y lo peor es lo que hay detrás de ello. Dice que su tío se ha quejado varias veces, y le dicen que los culpables son los «llaveros», quienes abren o cierran los conductos a su antojo. Sencillamente, los encargados de abrir y cerrar las llaves de manera organizada para que todos puedan acceder al líquido universal, no quieren hacer su trabajo como es.
«Abren un solo barrio, dice, para no tener que ir abriendo a cada uno. Abren un barrio, se van a su casa, y por la tarde cierran y vuelven a su casa. Cobran su salario por no hacer nada. El agua no entra porque alguien no quiere hacer su trabajo».
Antonia espera que asunto tan delicado se investigue a profundidad, y haya una respuesta transparente y definitiva.