Acuse de recibo
Vicente Alvarado Viñas (Edificio 24-A apto.8, Calle 94-A, reparto Antonio Guiteras, municipio capitalino de Habana del Este) denuncia que en ese barrio hace más de seis meses hay un vertimiento de aguas albañales ya insoportable.
El problema, añade, ha sido reportado a las instancias municipal y provincial de Aguas de La Habana. Han ido trabajadores e inspectores de esa entidad, varios camiones retroexcavadora y el camión especializado con la manguera de presión.
Precisamente estando reunidos los vecinos el pasado 20 de febrero para trazar una estrategia ante el mal que les aqueja, llegó una vez más el susodicho equipo especializado.
«Y lejos de aliviar el problema, señala, lo que hicieron fue aumentar el desbordamiento de más aguas albañales. Hay un área de tres metros abierta. Para el trabajo pendiente, nos preguntamos desde el punto de vista económico cuánto será el monto de ese derroche en salario, combustible y tiempo, sin resultados positivos».
A ello adiciona Vicente el que en la misma esquina de 94-A y 110 hay una rotura vertiendo agua potable que también lleva más de seis meses, y ha sido reportada a los dos niveles administrativos mencionados. Pérdidas de decenas de miles de galones de agua, sin solución alguna. «Solo impera el reguero de agua ante los ojos de los vecinos», expresa.
«Además, dice, puedo confirmar que en este Consejo Popular hay más de diez salideros de agua potable. Deseamos soluciones a estos males que tanto irritan a nuestro pueblo y perduran.
«Contamos con una delegada del Poder Popular activa y combativa, que se ve frustrada y desanimada al constatar que sus gestiones son infructuosas. ¿Dónde está la activación del Gobierno municipal ante estas abrumadoras situaciones?
«Las calles están cada día más destruidas. Se abren huecos para arreglar salideros y no se arreglan. Uno no sabe por dónde caminar. El alumbrado público, especialmente en el área donde vivimos, es calamitoso. Nuestro barrio se parece a Venecia cuando llueve, unido a los salideros.
«Esperamos que estas situaciones deplorables sean resueltas con hechos, no con palabras. Solo los hechos convencen. Actúese como indica la dirección de la Revolución, y veremos mejores resultados. Hacer es la mejor manera de decir, sentenció nuestro Héroe Nacional José Martí», concluye Vicente.
Esta columna, ventana abierta al palpitar del país, sigue revelando desazones y problemas, elogios y aspiraciones. Problemas que se han resuelto y problemas que no. Situaciones que se repiten a lo largo y ancho del país.
Y como esta sección columna confía a priori en los relatos de los remitentes, asimismo estos deben corresponder a esa confianza con la mayor exactitud y veracidad. Además, cada carta debe traer nombre y apellidos del remitente y su dirección particular.
Asimismo, esperamos que las entidades e instituciones que respondan, lo hagan con la misma transparencia y sinceridad. Lo digo porque, aunque no es tendencia generalizada, más de una vez se ha revelado en ciertas respuestas la verdad sesgada o maquillada. Pero al final, las respuestas inocuas y vagas solo ponen en la picota de la opinión pública a quienes las envían así: con operaciones cosméticas, para guardar una buena imagen que al final se desmorona ante nuestros lectores.
Esta es una columna de honestidad y mejoramiento. Quienes esquiven ese compromiso, ya un quejoso o el que responde, será juzgado por el máximo tribunal: el de la credibilidad ciudadana. Pero también hace falta un buen observatorio de la transparencia.
No hemos podido hacer nuestros cortes anuales del nivel de quejas y respuestas, por las dificultades que ha traído esta pandemia. Acuse sale por teletrabajo prácticamente. Pero prometo que en un futuro retornaremos a esos balances, espejos donde mirarse cada quien.