Acuse de recibo
El pasado 4 de octubre, desde Santiago de Cuba, Legna Pantoja Mestre contó que es débil visual, y llevaba más de un año buscando empleo sin lograrlo, y es la única con condiciones de laborar en su casa. La mamá, diabética e hipertensa, amputada de la pierna derecha. Su esposo, amputado también de la izquierda. Y con dos hijas pequeñas. «No poseo en este momento solvencia económica ninguna precisamente por no tener vínculo laboral», afirmó.
Decía que al acudir a la Dirección de Trabajo y Seguridad Social a buscar empleo, le planteaban que no tenían plaza. Y de haber alguna era como agente de Seguridad, labor vedada para una débil visual.
«Legna no explicaba, acotaba este redactor, si ha acudido a la Asistencia Social para que, al menos, le garanticen una prestación… Me niego a aceptar que esta familia no pueda ser protegida temporalmente, hasta que pueda brindársele un trabajo acorde con su insuficiencia visual, como se hace con muchas personas en este país».
Ahora responde Ernesto González Ojea, director provincial de Trabajo y Seguridad Social en Santiago de Cuba, que Legna es discapacitada visual y madre de dos niñas: una de ocho años y otra de un año. Convive con su madre de 67 años, amputada; su abuela de 87 años, que apenas puede valerse; y su esposo, amputado de su pierna izquierda por un accidente del trabajo. Tiene un hermano que vive en España, con quien mantiene muy poca comunicación. Antes era trabajadora de un hogar de niños sin amparo familiar, del cual solicitó baja en 2017 porque se mudó para la provincia de Cienfuegos, donde vivió aproximadamente un año. Al retornar a Santiago de Cuba no se incorporó a laborar, pues estaba embarazada.
Precisa Ernesto que se le hizo un estudio socioeconómico al núcleo familiar por Asistencia Social, el cual arrojó que su ingreso económico asciende a 900 pesos. Y no procede una prestación monetaria. Añade que Legna es licenciada en Derecho desde 2018, e instructora de arte desde 2008.
Señala que fue visitada por la técnica de Atención a la población de la Dirección Provincial de Trabajo y se citó para proponerle empleo. Legna no aceptó ninguna de las ofertas, y manifestó que donde quería trabajar era en la escuela Cuba-Vietnam o en el hogar de niños sin amparo familiar. El propio Director de Trabajo contactó con la Dirección Provincial de Educación, pero no había plazas disponibles en esos centros.
«A pesar de esto, dice, se hicieron varias gestiones para ubicarla, que no aceptó. El 28 de septiembre se le ofertó plaza de auxiliar general de servicio en el hospital oncológico, en la clínica estomatológica y en el Distrito 3 de Educación. Y no aceptó porque esas plazas no están a su nivel. El 5 de octubre se le ofreció en la Consultoría Jurídica, y refirió que no estaba preparada para realizar la prueba de habilitación (requisito para ocupar el cargo). El 7 de octubre en la Dirección Provincial de Justicia se le ofertó plaza de recepcionista en la notaría del poblado El Caney: no aceptó, refirió que su salario se le iría en transporte.
«El 8 de octubre se hizo coordinación con la Jefa del Tribunal Provincial, quien la atendió personalmente y le ofertó plaza de secretaria auxiliar, la que tampoco aceptó, pues planteó que no tiene experiencia para laborar en la computadora. Y el 13 de octubre se citó en la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, donde se le propuso la plaza de secretaria del Director, la que aceptó sin dificultad», concluye.
Agradezco la respuesta y la atención a caso tan sensible, que al final buscó todas las variantes. Solo lamento que no se esclareciera lo dicho por ella, que cuando iba a las oficinas de Trabajo le decían que no había plazas. La vida demostró después que sí.