Acuse de recibo
El pasado 16 de septiembre, desde la ciudad de Sancti Spíritus, Fabio Martínez Salas planteó aquí que ya no sabía a quién dirigirse por un salidero de agua potable en su cuadra que llevaba ¡cuatro meses! El 6 de julio lo había reportado en Acueducto. Pasaron los días y nada. Volvió allí el 20 de ese mes. Buscaron en la computadora, apareció el reporte del día 6, ¡y que se había hecho el trabajo! Fabio lo desmintió y quien lo atendió le dijo que lo iba a notificar como pendiente.
Esperaba en su cuadra y no iban. Ya el 14 de agosto fue a notificarlo en Atención a la Población del Partido, adonde volvió el 2 de septiembre. Ese día, por casualidad detectó que a tres cuadras de la suya una brigada de Acueducto estaba trabajando en un salidero que solo llevaba diez días. Habló con el jefe, quien le dijo que eran de Banao y estaban apoyando. No sabían de su reporte.
De allí, Fabio fue a Acueducto, y quien le atendió le dijo que ya su reporte del 6 de julio no aparecía en el sistema. Y al reclamarle, le precisó que cuando eso sucede es que ya el trabajo se realizó (¡...!).
El 4 de septiembre Fabio fue a Atención a la Población del Gobierno Provincial y le expresó a la funcionaria que se sentía desprotegido, no sabía qué hacer ni adónde ir, y lo último que le faltaba era escribir a la prensa. Ella le expresó que era su derecho hacerlo.
«Hasta hoy nada han resuelto y esto cada día se complica más. Qué falta de sensibilidad, respeto y amor por lo que hacen», concluía Fabio.
Al respecto, responde Laritza Rivero Jorge, directora general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Sancti Spíritus, que ante el caso, se revisó la base de datos de los reportes efectuados el 6 de julio. Y se comprobó que, ciertamente, aún no se había solucionado el salidero de marras. Por ello, se realizó un análisis con el despachador de ese turno, quien, violando lo establecido, dio como solucionada una avería que no lo estaba. Se le hizo un señalamiento crítico, añade, por llevar poco tiempo en la plaza; y se le orientó el tratamiento a seguir para esos casos.
En cuanto a la gestión del 2 de septiembre con la brigada de Banao que laboraba a tres cuadras de casa de Fabio, aclara que «desconocían su situación, y sin la orden de trabajo no estaban autorizados a dar solución a su problema».
Refiere de manera general que cumpliendo con la estrategia de la empresa de Acueducto, y en consulta con las autoridades pertinentes, se labora en la supresión de salideros, priorizando las averías que se hallan en áreas de focos de Aedes Aegypti.
Y vuelve al caso para informar que el pasado 17 de septiembre se iniciaron las labores para la supresión de los salideros en la zona de residencia de Fabio, acciones que concluyeron el 19 de ese mes.
Considera como «imprescindible» destacar que Fabio «en ningún momento se dirigió a la oficina de Atención a la Población o a la dirección general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Sancti Spíritus para plantear su inconformidad, razón por la cual no se conocía del problema en cuestión hasta el momento de su publicación en la prensa».
«Nuestra empresa, señala, no deja desamparado a ningún ciudadano, y ejecuta las acciones por un orden de prioridad conciliado con el Consejo de Defensa del territorio mediante una estrategia bien definida, en dependencia además de la disponibilidad de recursos materiales que requiera cada uno de los reportes, así como de la complejidad de las acciones a acometer».
Y concluye ofreciendo disculpas por las molestias ocasionadas.
La tiranía del espacio me impide análisis mayores. Aun así, lo más importante es que el salidero llevaba cuatro meses despilfarrando agua potable. ¿Al despachador nadie lo instruyó de sus deberes antes de estrenarse? ¿Los superiores no controlaron su trabajo? ¿Por qué la segunda vez que Fabio fue a Acueducto ya no aparecía el reporte? ¿Quién volvió a suponer que se había resuelto el problema y no alertó hacia arriba? Cuánto tiempo para atender el problema y cuando se publicó se solucionó en tres días. El desconocimiento no exonera de la responsabilidad.