Acuse de recibo
El pasado 1ro. de febrero, desde San Antonio del Sur, Guantánamo, Elizabeth Fonseca Caballero contó aquí que en diciembre pasado fue a reservar pasajes en Ómnibus Nacionales con destino a Contramaestre, en Santiago de Cuba, en la ruta Guantánamo-Camagüey. Y le plantearon que tenía que pagar el pasaje hasta la ciudad de Camagüey, que estaba indicado hace años.
«¿Por qué tengo que pagar hasta Camagüey si viajo a Contramaestre? ¿Qué se hace con esos dos asientos que tengo que pagar hasta Camagüey cuando llego a mi destino?», preguntaba la lectora.
Responde Juan Mario Rodríguez, jefe del Departamento Comercial de la Empresa de Ómnibus Nacionales (EON), que el reglamento comercial de esa entidad dispone que «las reservaciones se realizarán para la totalidad de los destinos oficiales con clave y tarifa que se encuentren dentro de la provincia del destino final que posea el servicio hasta este; así como en el caso del servicio de continuación origen-destino intermedio-destino final, durante el período de reservación hasta 72 horas antes de la salida oficial; y se exceptúan los ramales, en cuyo caso se reservará a partir del lugar inmediato posterior a la cabecera provincial».
Añade el reglamento que «a partir de las 72 horas antes de la salida oficial del turno, se abrirá la venta al resto de los destinos oficiales del itinerario de la ruta».
Precisa Juan Mario que en el caso de Elizabeth hizo la reservación dentro de los primeros 87 días del ciclo, que es de 90. Por ello, el pago del pasaje debía hacerlo hasta la provincia del destino final (Camagüey).
«No podían cobrarle hasta Contramaestre, afirma, considerando que es un municipio de la provincia de Santiago de Cuba y no la del destino final. Esta política comercial se aplica en el servicio de Ómnibus Nacionales, con el objetivo de proteger al segmento de población que constituye mercado de cada una de las rutas de nuestra programación nacional de salidas».
Sobre la pregunta de Elizabeth de qué se hace con los dos asientos cuando ella se baja en Contramaestre, manifiesta que «siempre que queda disponible una capacidad durante el trayecto, debe ofertarse a la población de la agencia de dicha localidad, en este caso Contramaestre. Incluso, si el conductor no declarara la disponibilidad, el reglamento comercial establece que el jefe de turno o administrador tienen la facultad de subir al ómnibus para verificarla».
Resume que «teniendo en cuenta lo antes expuesto, consideramos que se aplicó adecuadamente lo dispuesto por el reglamento comercial vigente de la Empresa».
Agradezco la respuesta del directivo. Y tratando de comprender esos acápites del reglamento, concluyo que, con tales normativas, más que proteger «al segmento de población que constituye mercado de cada una de las rutas», se afectan a los que viajan a los puntos intermedios, quienes de todas formas, si reservan con antelación a las 72 horas, se ven obligados a hacerlo y pagar por el destino final.
En cuanto a la respuesta a la inquietud sobre lo que se hace con los asientos que se vacían en esos puntos intermedios, si bien ese debe ser el proceder, quienes viajan por Ómnibus Nacionales más de una vez han planteado aquí que en ocasiones esas capacidades terminan en beneficio del bolsillo de las tripulaciones, y nada pasa.
«¿Quién garantiza el transporte para el traslado de especialistas médicos desde Guáimaro a Sibanicú?», pregunta Orleans Ulises García Palma, residente en esta última localidad camagüeyana, en William Soler 23, entre Antonio Alomá y Juan B. González.
Y cuenta, en nombre de los pacientes que se quedaron esperando por los galenos que debían haber ido a prestar sus servicios en Sibanicú el 21 de noviembre de 2018 y 16 de enero de 2019, que no asistieron, pues la Dirección de Salud manifestó en las dos ocasiones que no había transporte.
Refiere que se quedaron pacientes con brazos y piernas enyesados para esperar al mes siguiente si hay transporte que los atienda. Y, además, de los dos especialistas que debían ir allí desde Camagüey, el cuarto jueves del mes, solo fueron dos.
«¿Será que en Sibanicú no se podrá garantizar un vehículo ligero para transportar a tres personas?», cuestiona Orleans. ¿El Gobierno municipal no puede dar una solución?, pregunta este redactor.