Acuse de recibo
EL pasado 25 de julio, y desde la ciudad de Pinar del Río, Amada Valdés Rivera contaba aquí que, como colaboradora en Venezuela, al término de su misión, envió ocho bultos, los cuales entraron a Cuba por Aerovaradero en mayo de 2017.
Ya en Cuba, y después de varias llamadas telefónicas sin contestación, ella se personó en la dependencia correspondiente, y le informaron que de los ocho bultos faltaban tres por localizar. E hizo su reclamación.
El 1ro. de julio, cuando escribió a esta sección, contaba que hasta entonces, la respuesta, tanto por teléfono como por notas, era que estaban en «proceso de búsqueda». Y le sugirieron que recogiera la carga parcial.
El 20 de abril recogió los cinco bultos. «Casi no los reconocí, decía, porque no contaban con su empaque inicial; estaban rempacados y en otra caja. Para mayor desilusión, todo estaba en mal estado. Los ubicaron en un lugar que se mojaba; y lo que no se pudrió, cogió moho y se manchó».
Amada hizo la reclamación y le dijeron que debía esperar 60 días para la respuesta. Y cuando escribió, ya estaban pasados en diez días y nada le habían comunicado.
Al respecto, este 2 de octubre llegó la respuesta de Eduardo Antonio Rivero, director general de Aerovaradero, quien informa que dicha carga arribó el 13 de mayo de 2017.
Precisa que Aerovaradero ha presentado dificultades para recibir las llamadas telefónicas, porque estaban por encima de sus capacidades, por la gran cantidad de cargas recibidas entonces, por lo cual se ha trabajado en el perfeccionamiento de la pizarra telefónica con Etecsa, y se han adoptado medidas organizativas internas.
Añade que se analizan otras variantes para perfeccionar la gestión a partir del soporte informático con que cuenta el país; y reconoce que en el Departamento de Reclamaciones se tenían todos los contactos telefónicos para localizar a dicha cliente, la cual no pudo ser contactada por la técnica encargada por la gran cantidad de expedientes en tramitación.
Señala que «las causas y condiciones que motivaron el daño a la carga y la no localización de los bultos faltantes de la promovente, están dadas por la falta de exigencia, organización y el ineficiente control en el cumplimiento de los procedimientos normados para el chequeo, ubicación y despacho de las cargas por parte de los trabajadores y sus responsables en los almacenes, lo que trae consigo serias dificultades como estas».
Refiere que «ante esta situación se han tomado medidas organizativas que han permitido perfeccionar la estructura, completar los principales cuadros de dirección, reorganizar los procesos productivos, capacitar al personal, entre otras. Y se tomaron medidas disciplinarias para elevar el control y la exigencia: demociones del cargo, amonestaciones, cancelación de contratos, separación de la entidad y el sector, denuncia a los órganos competentes y procesos penales».
Agrega que «se lleva a cabo un proceso inversionista que asegura el chequeo de los vuelos a su arribo, y el procesamiento de la carga y su despacho en un término de tres a 15 días».
Informa que la comisión de análisis de las reclamaciones, quejas e indemnizaciones de la Unidad Empresarial de Base Terminal de Carga Internacional conoció de esa reclamación, la cual se encuentra en trámite. Y se concluyó que a Amada le asiste la razón, y será indemnizada por el daño a su carga y los faltantes. El directivo se disculpa por las molestias ocasionadas
Agradezco la respuesta, pero lamentablemente hay que decir que Aerovaradero, tan señalado reiteradamente en historias reflejadas en esta columna, no ha resuelto asunto tan grave. Al final se repite la fórmula de siempre: la disculpa y la anunciación de medidas que no se detallan, y, a la vez, anuncios de reorganización que, a la postre, no acaban de resolver el problema de raíz.