Acuse de recibo
El transporte público, por más de un motivo en la diana de quienes escriben a Acuse, vuelve a asomar en la misiva de Evelio E. González Guliaef (Bellavista No. 758, entre Vía Blanca y Santa Lutgarda, Cerro, La Habana), quien alerta de dos fenómenos que afectan a los que día a día se valen de estos medios de locomoción.
«Los que debemos tomar un ómnibus en la parada situada en Ave. 26 y Boyeros (Hospital Docente Clínico Quirúrgico Dr. Joaquín Albarrán) a partir de las 6:00 a.m. debemos trasladarnos hacia donde los choferes de las rutas 27, 69, 179, A-3 y P-3 quieran parar para recoger y dejar pasaje. La parada oficial no existe para ellos, y sobre todo después de las 12 meridiano, que detienen sus vehículos al cruzar la parada de Puentes Grandes y no paran en la antes señalada. A dicha parada llegan los pacientes y familiares que salen del hospital, trabajadores del mismo, así como de otros centros cercanos»…, apunta el remitente.
Y rememora que hace unos meses situaron a un inspector permanente en el sitio y todo marchaba bien, pero al irse este volvió el caos.
Para no quedarse en la mención general, el capitalino señala que el carro 5596, de la ruta 179, el día 21 de mayo último, a las 4:15 p.m., «dejó y recogió pasaje al cruzar la Calzada de Puentes Grandes, cogió la senda extrema izquierda y no paró en la parada oficial, a pesar de tener capacidad, pues solo llevaba unas diez personas de pie. Llamé para dar la queja y la compañera que contestó me dijo irónicamente que por qué yo no iba hacia donde ellos paran; eso es una burla, lástima que no me dio su nombre, pues colgó inmediatamente después de expresarse de esa forma».
El otro asunto sobre el que reclama atención este habanero es la desaparición en algunas guaguas de uno o varios de los asientos destinados a embarazadas, personas con niños pequeños o con alguna limitación física. «Se ha hecho normal subir a un ómnibus y encontrarse que no tienen dichos asientos o solo tienen dos en lugar de tres, que es como ha estado siempre. (…) Desconozco si eso está autorizado por la empresa, es una decisión de la administración de cada terminal o de los choferes. Considero que esta medida es inadmisible, pues perjudica a todos los que tenemos la necesidad de ellos», expresa finalmente el lector.
Felicidades a la fiscalía
Profesionalidad y ética ha respirado Lesnie Rodríguez González (Calle 32, No. 10312, entre 103 y 105, La Magdalena, Cotorro) en la Fiscalía Provincial de La Habana. Desea reconocer el lector la eficacia con que cumplen su función los trabajadores de esta instancia, especialmente los del departamento de CLEP (no aclara la sigla), «por su alto grado de humanismo».
Esperando la llamada del CIREN
Aún en la memoria de Osleivi Carrazana Santos (Calle 13 No. 15, Mataguá, Manicaragua, Villa Clara) está la operación a la que fue sometido en el año 2000 en el Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren). Se trataba de la primera operación en Cuba y en Latinoamérica de Distonía muscular, evoca el villaclareño, y siente que en aquel momento no se promocionó como debía tal éxito de la Medicina cubana.
Pero 18 años después, la salud de Osleivi se ha resentido. «Llevo casi dos años con una pierna muy rígida, lo que afecta mi calidad de vida. En diciembre tuve turno (en el Ciren) y me pidieron el número de teléfono fijo y el móvil para llamarme en enero, con el objetivo de hacerme un chequeo para una segunda operación (…). Aún espero (la carta es del 16 de mayo); y mi calidad de vida va de mal a peor. Tengo 36 años».
¿Por qué, en un lapso de cinco meses, no hubo al menos comunicaciones oportunas para explicar problemas que se presentasen relacionados con la atención a este caso, y posibles variantes para resolverlos?