Acuse de recibo
En nombre de su suegra, Ángela Rosell Tamayo (Ancha del Norte No. 2, entre Julio Antonio Mella y Carlos Roloff), escribió el espirituano Julio A. Santos Gutiérrez (Céspedes 887-A Norte, reparto K-12), para alertar sobre un viejo asunto de vertimientos albañales. Publicada aquí el pasado 10 de marzo, la misiva daba cuenta de un vertimiento por debajo de la acera que pasa frente a la casa de Ángela; provocado por una tubería añosa y sin mantenimiento.
Explicaba el remitente que sobre los apestosos efluvios se había alertado en rendiciones de cuenta del Poder Popular, y que los empleados de Acueducto y Alcantarillado, cuando venían, «resolvían» el problema; pero este, hediondamente terco, resurgía. El problema, precisaba el lector, databa de más de cinco años.
A propósito contesta Ángel M. Suárez Díaz, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en Sancti Spíritus. Refiere el directivo que el mismo día en que salió el reclamo público, una comisión en la que se encontraba él visitó al promovente. Y se pudieron entrevistar con la esposa de este y varios vecinos.
El asunto de marras —expresa el funcionario— «no solo es provocado por la situación existente con la red de alcantarillado y de drenaje de la zona, sino que también en la calle antes señalada existe un gran arrastre de tierra en toda el área, lo que provoca con mayor frecuencia que se produzcan las obstrucciones (…). Esto, unido a las indisciplinas sociales de varios residentes en el lugar, que vierten desechos sólidos por el alcantarillado, como por las calles que tributan al lugar, (según lo) expresado y explicado por varios vecinos que se unieron a las pesquisas».
Ante tal situación —rememora el ejecutivo— se sustituyó un tramo de ocho metros de la tubería de 200 milímetros para colectar el residual que se vierte de la calle Julio Antonio Mella y conducirlo a la red de la arteria Ancha del Norte. Además se construyeron dos registros y se les dio mantenimiento a los existentes, acción esta última que sí se hacía con frecuencia.
Culminadas dichas acciones por parte de Acueducto y Alcantarillado, se les explicó a los lugareños «que se debe de inmediato accionar con Comunales y Viales en la pavimentación de la calle, para que el arrastre de la tierra no se repita. Se visitó y respondió al lector, quien quedó satisfecho con las obras acometidas, que dieron como resultado la solución del fétido asunto el sábado 17, una semana después de publicado. El caso fue declarado con razón y resuelto, apunta finalmente Ángel M. Suárez.
Ya sin espacio agradezco la respuesta y la rápida solución que se dio al reclamo. Es una pena que, una vez más, solo después de hacerse público haya podido resolverse. ¿Cuándo revertiremos esta situación?