Acuse de recibo
Llueven, y se empozan en una atmósfera de pereza y dilaciones, las quejas sobre vertimientos de aguas albañales, como la de Alberto González Rosabal (avenida 42, entre 41 y 43, Cienfuegos), quien denuncia que hace más de un mes en su cuadra se recibe agua sucia como si fuera potable.
A pedido de los vecinos, dice, el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología hizo un muestreo de la misma, y arrojó que no está apta para el consumo humano por deterioro de sus parámetros físico-químicos y organolépticos (está turbia, casi oscura, con restos de materias orgánicas y olor fétido).
Señala que han agotado ya todas las gestiones: Puesto de mando de Acueducto y Alcantarillado municipal y provincial, Puesto de mando de Salud, y también acudieron al Gobierno.
«Es siempre el cuento de nunca acabar: que si Acueducto, que si el Gobierno, que si Salud, que si domingo, que si día feriado, que no hay pipa, que si recojo la queja mañana y la tramito. Y al final el bombeo sigue con la misma frecuencia y las mismas características», concluye.
Desde Corona 17, entre Corral Falso y Barreto, reparto D’ Beche, del municipio capitalino de Guanabacoa, Milagros de la Caridad Fung-Chong cuenta que el vecino contiguo tuvo una tupición en su casa que no pudo resolver. Construyó otra instalación sanitaria y solicitó el servicio de conectar al alcantarillado desde noviembre de 2016.
El 24 de diciembre de ese año fueron, marcaron la calle donde se suponía que la brigada trabajara, pero esta nunca apareció. Desde entonces, los desechos brotan y caen sobre la conductora de agua potable de ese vecino y la de Caridad, con una cisterna a solo un metro de la inmundicia.
Advierte que se ha llamado a Aguas de La Habana del municipio, y no ha habido respuesta hasta ahora. Le repiten que ya está reportado, que la brigada va, que ya tienen la orden. Y nada de nada.
Como si fuera poco, en Corona 15, al otro lado de la casa de Caridad, el edificio tiene hace ya un mes una tupición en los dos apartamentos de la planta baja. Al que está pegado a la vivienda de Caridad le sale el agua sucia por el frente para la calle. Y también hay una cisterna cerca.
Los vecinos de ese inmueble han reportado la situación a Aguas de La Habana, a la delegada del Poder Popular, a Higiene y Epidemiología del policlínico, y a Vivienda. Y la conclusión es que el problema atañe a Edificios Múltiples, que no tiene presupuesto para hacer esos trabajos, afirma.
«¿Tenemos que esperar un desenlace fatal para que vengan a eliminar esos dos problemas que atentan contra la salud de los vecinos?», pregunta Caridad.
En el edificio 22 (Nueve plantas) de Micro C, Vista Alegre, en la ciudad de Ciego de Ávila, hace más de seis meses hay un derrame de aguas albañales provocado por la tupición a la salida de la red sanitaria. A pesar de las gestiones de los vecinos, nada se ha resuelto.
Ada Margarita Fernández (calle 3ra. No. 157, entre B y esquina a Ensueño, reparto María Luisa, San Miguel del Padrón, La Habana) revela que hace más de seis meses el registro de alcantarillado de su cuadra está tupido. Y apenas cae un aguacero esas aguas negras retroceden y brotan por los tragantes de su casa y otras.
Tras la queja, fue una brigada. Y explicaron que era una tupición mayor, para la cual se requería de un equipo que ellos no tenían. Luego fueron otros con una manguerita para extraer el agua. Apenas llovió, la inmundicia salió por los tragantes. Se hicieron llamadas al Gobierno municipal, pero sin solución.
Similar situación denuncia Lázara Cabrera Macías, en nombre de los vecinos del edificio 17818, en calle 377, entre 178 y 184, en Mulgoba, Boyeros, La Habana: una tupición que desata el vertimiento de aguas albañales, especialmente en los desagües de su apartamento. Ha hecho todas las gestiones posibles y siguen en las mismas.
Son muy graves los vertimientos de aguas albañales en el país y ya no aguantan más. Hay obsolescencia de las redes, problemas internos en las conductoras internas de edificios y viviendas, y agónica escasez de recursos para atender tales obstrucciones en las entidades correspondientes. ¿Qué soluciones van a adoptarse para enfrentar tal flagelo, que ya amenaza la higiene comunal y la salud de las personas? De lo contrario, nos tragarán las aguas sucias.