Acuse de recibo
Como las vísceras impúdicas de un animal sacrificado quedaron los cimientos y registros en el asfalto, después de varios meses en faenas de Acueducto y Alcantarillado en la holguinera calle Pedro Díaz Coello, entre 3ra. y 4ta. Lo contaba aquí la lugareña Liliana Teresa Corella Guzmán (residente en la propia arteria y cuadra, No. 44-A, reparto Alex Urquiola), quien alertaba del peligro para los niños y vecinos del lugar y para el acceso de los vehículos.
Añadía la remitente que a esa red en construcción solo se iban a conectar 16 viviendas de la cuadra, y nadie explicaba el porqué, ni mucho menos cuándo le tocaba al resto de las casas. Su carta vio la luz en la columna el pasado 7 de febrero.
A propósito responde sobre este caso Rander M. Céspedes Leyva, director general de Holagua (Acueducto y Alcantarillado Holguín). Explica el directivo que la obra de referencia se comenzó a finales de agosto de 2016 y «se ejecutó parcialmente, según los recursos planificados en el plan de mantenimiento del año (…), los cuales se emplearon en la sección de alcantarillado construido, el que no sufrió deterioro alguno por reunir todos los parámetros técnicos de calidad que se exigen al efecto.
«Reconocemos que fuimos morosos en sellar las zanjas y los fosos de los registros, lo que constituye un peligro potencial para peatones y vehículos que transitan por esta calle. Sin ánimo de justificar los hechos, explicamos que dada la carencia de equipos especializados para efectuar las excavaciones, que debió ser en suelos de roca dura, se aprovechó el equipo contratado para realizar la totalidad de la excavación que se requería. Por tal motivo, quedaron expuestos alrededor de 20 metros de zanja, más los fosos de tres registros», añade el funcionario.
Y manifiesta que, según se pudo comprobar, la presencia de albañales en el lugar al que aludía la remitente «es debido a las indisciplinas de algunos vecinos que vierten las aguas residuales de lavaderos y fregaderos hacia la calle».
En cuanto a la posibilidad y fecha en que las otras casas del lugar podrían conectarse a la red del alcantarillado, el Director General señala: «Por las características del terreno y la capacidad de la tubería colectora donde tributará ese alcantarillado, solo es posible la conexión de las 16 viviendas que menciona Liliana Teresa. Respecto a las restantes (…) de la calle Pedro Díaz Coello, no es posible la construcción de una red de alcantarillado porque el colector más cercano está a 200 metros, y por su capacidad y conexiones (…) no puede asimilar más acometidas».
Califica el directivo como «con razón total» la queja de la holguinera y apunta que la obra de marras «está prevista a concluir en el primer trimestre de 2017». Su carta está fechada el 24 de marzo pasado, o sea, a una semana de que culminara ese primer trimestre.
Agradezco la contestación y los argumentos que brinda. Solo me detengo en un aspecto. En esta y en otras respuestas institucionales, ante la emergencia de ciertos problemas, suele acudirse a la fórmula de responsabilizar a las indisciplinas sociales, esto es, a los ciudadanos.
Y si bien nada justifica conductas como arrojar agua sucia en una zanja en plena calle, esto solo es posible porque existe dicha zanja, cuando no debería existir, y porque la gente no tiene dónde arrojar los desperdicios. ¿Adónde voy?: con el mismo énfasis con que combatamos las actitudes lesivas a la convivencia armónica y al civismo (cosa que en Acuse se hace reiteradamente), con ese mismo afán, digo, debemos asumir y encarar que muchas de esas reprochables manifestaciones son originadas por la ineficiencia institucional. Generemos un entorno de respeto y compromiso mutuos.
Esperemos que, por lo que afirma el Director de Holagua, ya los huecos de referencia estén debidamente tapados. Y que, más temprano que tarde, se proponga una solución a las casas aún no conectadas a la red de alcantarillado.