Acuse de recibo
Ante cada inicio de curso escolar, el Estado cubano hace grandes sacrificios en recursos y esfuerzos para que cada alumno tenga las condiciones decorosas y pueda disfrutar sus sagrados derechos a la educación. Pero allí donde flaqueen los nobles propósitos, hay que enmendar los entuertos y buscarles soluciones definitivas.
Yoany Pino Ledón (6ta. Avenida Sur, No. 2-A, Quemado de Güines, Villa Clara) cuenta que el pasado 29 de agosto visitó la escuela primaria Antonio Briones Montoto, de ese poblado, donde estudia su hijo mayor y también donde debería hacerlo la menor, que comienza este curso el preescolar.
Ella fue a recoger los libros y cuadernos del varón para forrarlos, y a preguntar por el estado constructivo de las aulas de preescolar. Es que en el curso pasado los alumnos de ese nivel tuvieron que ser transferidos temporalmente a un local del politécnico José Taurino Galindo, por estar el techo de ambas aulas en muy mal estado, incluyendo una pared de los laterales.
Inicialmente, precisa, se había dicho que la reparación comenzaría en mayo, a más tardar en junio. Pero el 15 de agosto de 2016 no se había movido el primer bloque. Yoany preguntó a la maestra de guardia, quien le dijo que la brigada comenzaría al otro día, algo que tampoco sucedió.
El mismo 29 la madre se entrevistó con la directora de la escuela, quien le comunicó que la obra no se terminaría antes del día 5, pues no estaban todos los materiales. Y de la Dirección Municipal de Educación le habían informado que era posible que se concluyera el 15 de septiembre.
Por curiosidad, Yoany fue a ambas aulas, y estaban llenas de escombros de la pared derribada y con materiales de construcción, incluyendo los tubos del futuro techo y las puertas del local. De la nueva pared faltaba un pedazo del cerramiento hacia arriba y todavía no tenía el repello.
Como la madre concluyó que es difícil que esas aulas se concluyan en la fecha fijada, fue al local provisional del politécnico donde su pequeña pasaría la primera parte del curso escolar.
«Al llegar allí —confiesa Yoany— estaban las maestras preparando todo para el nuevo curso. Y la misma preocupación de ellas se apoderó de mí al ver los baños donde los pequeños tendrán que hacer sus necesidades.
«Ambos baños son usados por dos oficinas de la ANCI, por una casa particular y por los propios alumnos del politécnico. La puerta de uno está semidestruida y el otro tiene como puerta una cortina rota. Ambas tazas siempre están tupidas y son muy altas para niños de esa edad. Además, ¿cómo podrían sentarse las niñas en esas tazas sucias donde orina todo el mundo?».
El tramo del aula a los baños es largo, señala, y cuando llueve hay que mojarse para llegar hasta ellos. Si un alumno desea ir, la maestra tiene que interrumpir su clase para acompañarlo, al ser tan pequeños. Y contrariamente, en la Briones Montoto el baño está intercalado entre dos aulas, y la taza está diseñada para niños de esa edad.
«Mi preocupación es la misma de los 20 padres que verán a sus hijos comenzar el nuevo curso escolar en aulas sin las condiciones necesarias. Me gustaría mucho que las personas que tienen que ver con este dilema se pronunciaran al respecto», concluye la atribulada madre.
Dunia Ferrer Acosta es una cubana que padece cáncer de mama, y está tratándose con lo estipulado. Pero los sueros correspondientes le han afectado mucho el estómago, y a duras penas puede comer, porque se le revienta toda la boca.
Para mejorar su situación estomacal, le han indicado la domperidona, pero allí en la localidad villaclareña de Vueltas, donde ella reside, ese medicamento está en falta, y sus familiares lo han buscado infructuosamente por otros municipios.
Dunia implora que si alguien lo tiene y no lo necesita ya, por favor se lo envíe por correo a su dirección particular: Carretera a Aguada de Moya, Finca Soledad, Vueltas, Villa Clara.
Ella lo agradece de antemano. Y tal como hemos obrado en otras ocasiones con casos similares, estoy seguro de que aparecerá siempre un alma generosa, que le haga llegar la domperidona. Es propio de cubanos.