Acuse de recibo
La historia de María del Carmen con la tierra que trabaja y no se le reconoce, ya lleva más de cinco años en el ajetreo de esta columna, sin solución viable aún.
El 1ro. de noviembre de 2010, María del Carmen, vecina de calle 18, no. 2, en el Central España, del municipio matancero de Perico, contaba aquí que su padre fue por más de 20 años el presidente de la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) 19 de Abril, y en 2001, por problemas de salud, una comisión médica le dictaminó incapacidad para trabajar. Pero en 2010 se aprobó la disolución de esa CPA, y las tierras pasaron al fondo de una unidad básica de producción cooperativa (UBPC) y de una cooperativa de crédito y servicios (CCS).
Entonces, solicitó le consideraran en usufructo un área cercana a su casa, para contribuir al sustento de su familia, teniendo en cuenta que la misma fue aportadora de tierra y la trabajó. Preguntaba por qué se permitió el deterioro de una cooperativa que era fuente de empleo; por qué, si su disolución era inevitable, no se priorizó a esas familias aportadoras para que las solicitaran en usufructo.
El 5 de febrero de 2011, respondió aquí Ángel Pérez, presidente de la ANAP en la provincia, que la CPA 19 de Abril, por años ejemplo de eficiencia, con el período especial su cultivo principal, la caña de azúcar, degradó hasta la incosteabilidad, la irrentabilidad y la reducción de su fuerza laboral.
Explicaba que lo regulado al disolverse una CPA, es que las tierras pasen al Estado, y este determine. En tal caso, afirmaba se preveía que quedaran adjudicadas a la UBPC España y otras entidades con mejores rendimientos. Y el resto, podrían entregarse en usufructo.
Por ello, manifestaba, a María del Carmen se le dijo que tenía derecho a solicitar tierra en usufructo, lo que no había hecho aún. Y agregaba que lo sucedido fue analizado democráticamente en asamblea con los cooperativistas, los cuales concordaron en disolverla.
Concluía que el Reglamento General de la Ley de Cooperativas establece que «una vez incorporada la tierra a la cooperativa, esta no podrá ser ocupada ni reintegrada a su antiguo propietario». Y acotaba que quien desee trabajar la tierra podía solicitarla en usufructo.
Ahora cuenta María del Carmen que, luego de publicada su carta en 2010, le respondieron que iniciara los trámites para el usufructo en la Delegación municipal de la Agricultura, lo que hizo el 1ro. de diciembre de ese año.
En 2011, añade, se interesó por el trámite, pero era lento. En 2012, según María del Carmen, el entonces delegado municipal de la Agricultura, Modesto Morales Alonso, le dijo que podía seguir trabajando la tierra. Pero Modesto, afirma ella, no lo recuerda hoy.
La historia termina en que el 24 de noviembre pasado, el propio Modesto, hoy administrador de la UBPC de marras, le pidió la documentación de la tierra, so pena de que si no la tenía se retendría la tierra inmediatamente. Ese día, ella se entrevistó con el actual delegado municipal de la Agricultura, Enrique Betancourt, quien respaldó las palabras de Modesto, pues el nombre de ella no aparecía en los archivos.
«Con actitud intransigente, señala, cerró ojos y oídos a las pruebas que yo le mostraba y aún mantengo en mi poder. Y emitió un documento que me compromete a entregar la tierra 90 días después, el cual me negué a firmar».
María del Carmen se entrevistó con el delegado provincial de la Agricultura y con el propio Ángel Pérez, quienes según refiere ella, luego de revisar documentos que dan fé de sus trámites y del abandono de parte de las tierras de la UBPC, crearon una comisión que, supuestamente, la visitaría en un plazo de 30 días.
«Hoy, 54 días después, afirma, no he tenido el gusto de recibirlos. Me he acercado en tres ocasiones a la Delegación provincial y conservo las facturas de las llamadas telefónicas para demostrar mi preocupación y persistencia. Hoy solo tengo en mi poder un documento que me obliga a entregar la tierra el 27 de febrero. No se tiene en cuenta que, a pesar de catalogarme de ilegal, mis producciones siempre han llegado a Acopio a nombre de otra persona, por no legalizarme nunca.
«¿Hasta cuándo tengo que esperar para saber si tengo o no derecho a la tierra que llevo cinco años trabajando?».