Acuse de recibo
En medio de la crítica situación por el cúmulo de basura que experimenta la capital cubana, debido al déficit de contenedores y carros, y al alargamiento del ciclo de recogida, en marzo y abril cundieron las quejas ciudadanas al respecto en esta columna.
El pasado 5 de marzo reseñé la denuncia de Jesús Hernández, en el reparto Martín Pérez, de San Miguel del Padrón, sobre los destrozos ocasionados en la acera y las tuberías de agua por las palas mecánicas de Servicios Comunales que recogen los desechos sólidos en la esquina de su casa.
Contaba él que tuvo que clavar cabillas y una viga para evitar que la pala no dañara las columnas de su vivienda y de la bodega cercana, porque en más de una ocasión las había golpeado brutalmente. «Ya desenterró una de las cabillas, y espero que en las próximas acometidas derribe la viga y el resto de la muralla que he intentado poner, y tenga que sufrir que me derribe la vivienda», refería, y temía por el poste de la electricidad en esa misma esquina.
Al respecto, Ileana Álvarez Fresno, directora municipal de Servicios Comunales en San Miguel del Padrón, reconoce que la recogida con esos medios mecanizados, y no guiados ni controlados, lejos de ayudar causa más problemas.
Afirma que hoy se rescatan normativas que por desconocimiento de algunos directivos nuevos en la actividad no se cumplían. En el caso de Jesús, fue visitado el lugar y se resolvió la construcción de la acera dañada y las cajuelas. También se reubicaron los contenedores.
Intercambiaron con él sobre la situación que enfrenta el municipio con el equipamiento y sobre otros problemas subjetivos que conspiran con la calidad de ese servicio, y lo que hacen para erradicarlos.
Añade que se decidió incorporar a la recogida con cargador un jefe al frente de dos saneadores, para evitar que la pala mecánica en su maniobra ocasione daños. Y aclara que por ahora es necesaria la utilización de esos equipos, pues el 80 por ciento de los desechos va al piso, y manualmente no es posible recogerlos.
Precisa que luego de un análisis profundo con el consejo de dirección de esa y otras quejas justificadas de la población, y como la recogida se hace de forma escalonada, se advirtió a los jefes de zonas el deber de dar seguimiento a la evacuación, tanto con cargador como con camiones de apoyo, e informar de las incidencias diarias. Así, deberán tomar las medidas pertinentes y delimitar el responsable de cualquier daño, quien deberá pagarlo.
También alertó que la población no vierta indiscriminadamente los escombros en los contenedores ni en todas las esquinas. Deben, con la ayuda del delegado de la circunscripción, ubicar un sitio único donde depositarlos.
Otra denuncia del lector Pedro Abreu, similar a la de Jesús, en cuanto a la creciente destrucción de aceras y contenes en el barrio de Alamar, a consecuencia de la utilización de cargadores frontales en la recogida de basura, publiqué el 15 de marzo pasado.
A propósito, reconoce Alina Alfonso, directora de Servicios Comunales en el municipio de La Habana del Este, los daños provocados por el inadecuado manejo de esos equipos en los últimos tiempos. Si bien su uso humaniza el trabajo, si no se cumple con las indicaciones, en el sentido de que el jefe de grupo acompañe en la maniobra a los trabajadores para guiarlos y ayudarles en el llenado de la pala, si el grupo anda solo, lejos de contribuir lo que hace es destruir.
Apunta que laboran en el completamiento del consejo de dirección y de la plantilla de trabajadores de la higiene, y en el rescate de la disciplina en esas labores, que se han visto afectadas por la falta de fiscalización.
Indica que ya se informó a los operadores que deberán ellos mismos resarcir los daños por la incorrecta maniobra con la pala. «Recoger no es sinónimo de romper, y la institución no es la que opera el equipo; por tanto, no es la que debe pagar los daños. Aunque Comunales no está diseñado para recoger escombros, hoy es una necesidad hacerlo, y se buscan alternativas para responder ante tal urgencia», concluye.