Acuse de recibo
El pasado 22 de marzo, Día Mundial del Agua a instancias de la ONU, reseñé las historias de varios cubanos que no podían festejarlo, entre ellos Jaime Rousbel Sánchez, residente en Calixto García 365, entre Céspedes y Agramonte, en el municipio habanero de Regla.
Jaime contaba que reside en una ciudadela de diez apartamentos, el suyo al final, en la conocida Lomita de la Fuente, del ultramarino poblado. Y lo que entra es un hilo de agua, del cual apenas puede abastecerse. Apuntaba que, «al parecer, la Dirección de Acueducto en Regla no se cerciora de que se abra correctamente la red de abasto que nos corresponde».
Meses atrás, decía, se realizó una restructuración de la línea principal de la calle; y, sin embargo, en ese tramo, el que mayores problemas presenta, no se hicieron cambios. Dejaron las mismas líneas viejas y casi podridas de tantos años de explotación.
De todo ello, anotaba, está informada la Dirección de Acueducto, que lo comprobó durante una visita hecha de madrugada, la cual agradecieron los vecinos. «Pero todo quedó en el olvido», apuntaba.
Al respecto, responde Irving de la Victoria, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del Este, que el asunto ya era conocido y se le estaba dando atención: En visita efectuada en horario de agua se había comprobado el déficit en el suministro y se había aprobado el abastecimiento por pipas, hasta la solución definitiva.
Precisa Irving que Jaime admitió que se habían ejecutado acciones de mantenimiento para solucionar el asunto, sin resultados satisfactorios. El problema, afirma, es el deterioro de las redes, no las manipulaciones.
Al respecto, se determinó el cambio de unos 300 metros de tubería de 90 milímetros y las acometidas; obras que se ejecutarán en el segundo semestre de 2015, ya que no estaban concebidas en el plan aprobado para el presente año, por lo cual hubo que reajustarlo.
«La misiva —dice— refiere que se cambió la línea principal de la calle y el tramo con más dificultad no se tocó. Esos trabajos obedecieron a una reparación después de que una zanjeadora averiara la red cuando se rehabilitaba la conductora que abastece la zona baja, y no a mejoras de servicio en el lugar».
La hija de Luisa Virgen León (León 348, Manzanillo) intentó hacer una llamada desde su móvil el pasado 19 de abril, y le salía la señal de bloqueado. Tampoco podía recibir llamadas ni SMS…
Al día siguiente se presentó en la oficina comercial de Etecsa. Con suma amabilidad le informaron… ¡que la propietaria había cancelado la línea por pérdida o robo! Imaginen el asombro: ella misma era la propietaria de la línea… Por sospechas que ya tenía, dedujo qué persona, por despechos que no vienen a cuenta, llamó a Atención al Cliente para cancelar la línea. Y corroboraron que así fue, pues «el cancelador» dio su número de teléfono. El problema se resolvió y desbloquearon la línea. Mas, para evitar que se repitiera el hecho, la propietaria tuvo que pagar diez CUC por concepto de cambio de número.
Ya en dos ocasiones habían acudido a la Policía por acosos de esa persona, quien ahora bloqueaba la línea sin estar a su nombre ni haberla comprado. Pero el 24 de abril, mediante llamada a Atención al Cliente, mandó a bloquear la línea del esposo de Luisa Virgen, y días después hizo lo mismo con la del hermano de esta.
«¿Qué hacer?, pregunta Luisa Virgen ¿Pagar otros diez CUC? Tenía entendido que antes, para ese tipo de servicio, preguntaban el saldo y otros datos que solo aparecen en la propiedad de la línea o solo el propietario conoce. En este caso, Etecsa es responsable de la falta de seguridad para con el cliente. Hoy cualquiera está expuesto a ese riesgo, pues una persona con acceso a ese servicio y falsificando datos, haciéndose pasar por el propietario, puede hacerlo.
«Etecsa está en el deber de responder y buscar alternativas seguras para el cliente, pues no es menos cierto lo costoso que resulta mantener una línea telefónica. Actos como estos dejan mucho que desear», concluye la lectora.