Acuse de recibo
El pasado 18 de febrero, desde la localidad villaclareña de Ranchuelo, Leyani León contaba que el 3 de ese mes había alertado a varias entidades y organizaciones del municipio para evitar que se impusiera un proyecto de construcción de una fábrica de bloques en su barrio, por un trabajador por cuenta propia, dañina a la salud de los vecinos.
Precisaba ella que había presentado su denuncia en el municipio al presidente del Gobierno, al vicepresidente que atiende las construcciones, a la Dirección de Planificación Física, a Higiene, a la Dirección Municipal de Trabajo, al policlínico y a otras entidades.
Y, como un caso aparte, mencionaba a la presidenta del Citma allí, «quien refiere que no recibe quejas y que si los técnicos de Higiene la citan ella va, pero que el Citma nada tiene que ver con el ruido y el polvo», decía Leyani.
La remitente aseguraba que se había presentado en todas esas entidades y no le habían dado respuesta, pero los preparativos de la obra continuaban. «Aún no aparece un organismo que se atribuya la potestad de determinar si el proyecto es viable o no. Nadie sabe quién dio los permisos. Se desconoce a quién se le puede presentar la inconformidad», manifestaba.
Temía, de coronarse el empeño, por la salud de su hija de seis años, discapacitada con hipoacusia neurosensorial bilateral profunda, además de los efectos perturbadores del ruido para todos. Y alertaba que debía solucionarse el problema antes de que el cuentapropista invirtiera en ello, de manera que se trasladara hacia áreas donde no perjudicara a nadie.
Al respecto, responde Juan Carlos Pérez Díaz, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Ranchuelo, que una vez recibida la queja el 3 de febrero, emitió una indicación para la revisión del caso al vicepresidente del Consejo de la Administración encargado de coordinar el programa de inversiones, reparaciones y mantenimientos.
El 4 de febrero la Dirección de Planificación Física del municipio visitó el lugar, apunta, y el 11 de febrero se evaluaron los resultados de la comprobación en la reunión mensual del Grupo Gubernamental creado para la atención al Trabajo por Cuenta Propia. Allí fueron convocadas las personas interesadas en el proyecto para la fabricación de bloques, bajo el auspicio del Programa Municipal para el Desarrollo y Producción Locales de Materiales de la Construcción.
Y se les orientó los pasos que debían seguir para el montaje de la fábrica, lo que incluye la solicitud de una licencia de construcción, que «lleva implícita la consulta a los organismos encargados de hacer cumplir las normas higiénicas y sanitarias, sin cuyo aval es improcedente cualquier tipo de ejecución física».
El 17 de febrero, en ocasión de sesionar la Comisión Gubernamental para el enfrentamiento a las indisciplinas de orden urbanístico y de la planificación física, se trató de nuevo el tema como parte del seguimiento y atención a la queja. Y se acordó visitar otra vez el lugar por especialistas del Citma, IPF e Higiene, lo cual se realizó el 18 de febrero, comprobándose que no se había ejecutado acción física alguna que incumpliera lo normado, afirma.
El 18 de febrero se conoció lo publicado en JR, que coincidía con lo transmitido por Leyani al Gobierno municipal. Y el propio Presidente orientó una nueva revisión del caso. El 23 la visitaron especialistas del Citma, Higiene y Planificación Física, y se entrevistaron con ella el vicepresidente del Consejo de la Administración y la jefa de la Oficina de Atención a la Población.
Las conclusiones arrojaron, refiere, que en ningún momento se realizaron acciones constructivas ni se crearon condiciones para producir bloques en el lugar, aun cuando los interesados en el proyecto poseen las respectivas licencias de trabajador por cuenta propia para ejercer tal modalidad; pero estos no han solicitado licencia de obra alguna.
Añade el Presidente que se gestiona y se les ha propuesto a los impulsores del proyecto, otro espacio físico para materializarlo, que no afecta la convivencia humana, pues está a las afueras del poblado.
Puntualiza Juan Carlos que no se pudo constatar evidencias de maltrato a Leyani por parte de la especialista del Citma, quien considera que fue un problema de entendimiento de la orientación que intentaba darle a la solicitante.
Agradezco la respuesta y la solución del caso. Lo más importante es que se obró a tiempo y con tino, para evitar un serio impacto medioambiental.