Acuse de recibo
Iliana de los Ángeles Mayo Nieves (calle Francisco Vicente Aguilera No. 160, entre General Moncada y Final, reparto Centro del Pueblo, Jobabo, Las Tunas) cuenta que, como registradora del Centro de Control de la Tierra en Jobabo, le fue impuesta por Roberto Saavedra Infantes, director del Centro de Control de la Tierra a nivel provincial, una medida disciplinaria consistente en traslado a otra plaza de menor remuneración o calificación. Por ello, se le ubicó a laborar en el Puesto de Dirección de la Empresa Agropecuaria Jobabo.
Inconforme con la decisión, Iliana reclamó ante el Órgano de Justicia Laboral de Base (OJLB), el cual celebró la correspondiente vista, y el 13 de febrero pasado le notificó su decisión: declaró con lugar la demanda de la trabajadora y dispuso anular la del Director provincial, reintegrarla a su puesto de trabajo e indemnizarla por parte de la administración, por los daños y perjuicios causados.
El 17 de febrero Iliana se personó ante la Directora del Centro de Control de la Tierra a nivel municipal, Mayrelis Reyes Rojas, para incorporarse a su puesto de trabajo. Y la funcionaria le manifestó que no podía ser, porque establecerían demanda ante el Tribunal Municipal Popular de Jobabo.
Consciente de que la decisión del OJLB es de inmediato cumplimiento, Iliana estableció queja el 20 de febrero pasado ante la Fiscalía Municipal. Y allí fue atendida correctamente, a más de que recibió las orientaciones correspondientes.
«Se me hizo saber —señala— que me asistía la razón, pues la decisión del OJLB es de estricto cumplimiento. Y aunque la parte inconforme establezca demanda ante el Tribunal Municipal Popular, hay que acatar lo dispuesto por la instancia prejudicial hasta tanto la judicial resuelva el recurso».
Con las dudas esclarecidas, Iliana se presentó de nuevo ante la Directora del Centro de Control de la Tierra en Jobabo, y le comunicó la orientación legal recibida. Pero la directiva insistió en que no podía incorporarse, porque era una decisión del Director provincial.
No obstante, refiere la trabajadora, el OJLB dispuso que la administración debía indemnizarla, por lo cual esperó que le retribuyeran el pago de salario que le correspondía. Y tampoco se hizo.
Iliana hace varias preguntas que merecen respuestas:
«¿Cómo es posible que los directores provincial y municipal del Centro de Control de la Tierra hagan caso omiso a lo dispuesto por el OJLB y tomen una decisión violando lo establecido legalmente? ¿Por qué no me dejaron retornar a mi plaza, si así se dispuso? ¿Cómo se puede resolver este absurdo? ¿Con qué derecho ambos directivos se han atribuido esa decisión violatoria de mis derechos y han quebrantado la legalidad, sin respetar decisiones emitidas por el órgano competente?».
Madelín Cabrera Cruz, vecina de Sabanazo, en el municipio holguinero de Calixto García, es una madre avergonzada y muy preocupada por lo que sucede en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias donde estudia su hijo el primer año de Ingeniería Forestal.
Cuenta Madelín que hace varios meses la tienen muy estresada ciertas fechorías que se registran allí, con la impotencia de no poder hacer nada por revertir la situación que afecta a estudiantes y a sus padres.
Sucede que se han sustraído —afirma— colchones de espuma de goma de los dormitorios, de lo cual se dio cuenta a las autoridades del orden, que han ido a investigar.
Pero, según asegura la atribulada madre, se roban también pertenencias de los estudiantes. Su hijo ha sido víctima de ese saqueo, y ya han tenido que reponer un colchón, con la consiguiente afectación monetaria para la familia. También le han llevado varias prendas de vestir.
Confiesa Madelín que ya no hallan qué hacer para motivar al joven a que continúe estudios, pues se siente muy afectado.
«Tengo tantas interrogantes en mi cabeza, manifiesta la madre, y solo me pregunto: ¿Qué va a suceder después de tanta impunidad? Lo que no comenzó bien… ¿cómo terminará a fin de este curso?».
Hay fechorías que, de no ser neutralizadas en un centro educacional, ponen en duda el prestigio de este.