Acuse de recibo
Entre el asombro y la indignación me escribe Andrés Yoel Castellanos, residente en Calle 5, Edificio 18 No. 275, apto. 3, Los Pinos, Banes, provincia de Holguín. Y no es para menos…
Hace poco él cambió de trabajo, y con ello ha puesto sus papeles en orden, entre ellos el descuento que se le hace en nómina por el pago de su vivienda.
Con tal motivo, fue al Banco a solicitar el historial de su deuda por tal concepto. Y cuando se lo entregaron, descubrió que no aparecían los descuentos mensuales por concepto del pago de la vivienda durante dos años y diez meses, correspondientes a los años 1999, 2000 y 2001, cuando él laboró en la farmacia 736 Los Pinos.
Como le orientaron, fue a la Empresa Municipal de Farmacias y Ópticas, y se entrevistó con el económico, quien le informó que los papeles de esos años se los había llevado el huracán Ike, que azotó severamente la zona.
La indignación brota cuando el económico le dice tranquilamente que la única solución es pagar todo ese dinero de nuevo. «¿Adónde fue a parar ese dinero?», pregunta Andrés Yoel.
Habría que añadir: Si el Banco recibió los descuentos, ¿por qué no aparece allí constancia de ello? ¿Es que la Empresa no los depositó? De acuerdo con esa postura, ahora resulta que el ciclón Ike paga las culpas y Andrés Yoel la irresponsabilidad institucional. El colmo de los colmos…
Isabel García Cabrera es vecina de calle Pablo Ramos Quezada, casa No. 104, en la localidad Villa Simón Bolívar, del municipio pinareño de Sandino, una hermosa comunidad construida hace unos años con la colaboración de la República Bolivariana de Venezuela.
La señora está eternamente agradecida por la casa que recibió nueva en 2005, como damnificada de los huracanes Lily e Isidore, pues su antigua vivienda, en el poblado La Grifa, fue declarada como derrumbe total.
Explica Isabel que hace seis años que reside en esa vivienda y nunca se le ha entregado resolución, contrato o propiedad de la misma, lo cual le impide hacer numerosos trámites. Ella es una mujer de 70 años, que vive sola, y está delicada de salud. Necesita permutar para acercarse a sus familiares, y no comprende la ambigua situación legal que presenta en cuanto al inmueble que ocupa.
En la Asamblea Municipal del Poder Popular y la Dirección de Vivienda de Sandino, afirma, le plantean que esa villa fue construida mediante un convenio Cuba-Venezuela y que le corresponde al Gobierno definir la situación de los inmuebles. Estériles han sido también sus gestiones ante las autoridades provinciales, el Instituto Nacional de la Vivienda y otras instancias.
«¿Es tan difícil decidir bajo qué condición son entregadas estas viviendas?», cuestiona Isabel, y manifiesta que este, su problema, puede ser el de otros pobladores de la villa.
El Hospital Psiquiátrico René Vallejo Ortiz, de Camagüey, es una factoría de esperanzas con gran prestigio profesional y humano entre la población de esa provincia.
Rolando Guerra (calle D No. 15, entre 1ra. y Bagó, Reparto Buenos Aires, Camagüey) elogia el esmero con que allí se atienden diferentes patologías; y en especial el trabajo de la Sala 1 de Rehabilitación ante flagelos tan perniciosos como el alcoholismo y la drogadicción; con los doctores Carlos Morán y Andrés Calero.
Charlas educativas, cine debates, laborterapia y otras actividades de prevención, logran regenerar muchos valores en pacientes que han sufrido severas degradaciones por esas patologías, apunta Rolando.
«Ojalá que a esa sala especializada, por su importancia y el excelente servicio que mantiene, se le tenga presente en un futuro no lejano para recibir el mantenimiento que necesita; eso les facilitaría más comodidad a quienes de hecho están listos para ser declarados Colectivo Moral».