Acuse de recibo
Muy preocupado está Severino Clavo Calvo (Camilo Cienfuegos No. 46, Alacranes, Unión de Reyes, Matanzas) por el tratamiento dado a su retorno de una misión como colaborador en la hermana Venezuela.
Entrenador de esgrima en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Luis Augusto Turcios Lima, de esa provincia, él trabajó en la nación sudamericana desde marzo de 2008 hasta noviembre de 2010. «Durante el tiempo que estuvimos en Venezuela —señala—, se me pagó mensualmente mi salario por concepto de trabajo, pues la Dirección Provincial del INDER orientó que no se nos pagara vacaciones hasta que culmináramos la misión y las disfrutáramos».
Según el Departamento de Economía de la ESPA Provincial, su centro de trabajo antes de que se fusionara con la EIDE, él había acumulado 89,20 días de vacaciones, 2 278,94 pesos en dinero por ese concepto. En diciembre de 2010 cobró por concepto de salario 722,00 pesos, correspondiente a noviembre. En enero de 2011 comenzó a cobrar vacaciones, y le pagaron 609,20 pesos; en febrero 578,35; y en marzo 578,35 pesos. Comenzó a laborar el 1ro. de marzo, y le dijeron que aún tenía 17 días de vacaciones acumuladas. Él no entiende, y lo explica:
«Al sumar los tres pagos por concepto de vacaciones acumuladas, da 1 765,90 pesos. Si lo restamos al submayor de vacaciones, da que en 17 días pendientes a disfrutar, me pagarían 513,00 pesos (casi lo mismo que me pagaron por 24 días de vacaciones). No hay correspondencia entre dichos pagos».
También a todo el que cumple misión se le paga al concluir la misma un 20 por ciento del salario devengado. «Hace cinco meses que estamos en Cuba y no se ha explicado por qué no se me ha dado ese 20 por ciento. Se me dice que a los seis meses, si no lo he cobrado, pierdo ese derecho (dinero que me pertenece por ley)».
El tercer conflicto es que con la misión les dieron la posibilidad de acogerse desde enero del 2010 a un 30 por ciento de los 200,00 CUC que depositan en la cuenta en Cuba, lo cual les facilita hacer compras en las TRD aquí. ¡Como nosotros estuvimos hasta noviembre de 2010 en Venezuela, deberíamos haber acumulado en la tarjeta magnética una cantidad de 2 200,00 CUC. Solo me aparecen depositados 2 000,00, y nadie me ha podido explicar por qué».
Asegura Severino que otros colaboradores están en situaciones similares o peores. ¿Será verdad que a los seis meses, por negligencia o burocratismo de alguien, se pierde el derecho a nuestro dinero?».
Claudina Martínez (San Francisco No. 5, Cerro, La Habana) piensa que con la tendencia al envejecimiento de la población cubana, hay que mandarse a correr para prever y enfrentar los nuevos problemas que ello implica.
«Solo quien tiene un encamado en su casa, por vejez o discapacidad física, sabe lo estresante que es…
«Si es necesario llevarlo a hacer una placa, ¿dónde está el sillón de ruedas para trasladarlo? Si usted no tiene uno, en los policlínicos no hay o están rotos. O no pueden ser trasladados hasta el domicilio para recoger a la persona, según me han dicho algunos que lo han necesitado. Puede ser que cuente con los recursos para pagar un carro, pero no siempre es así. Si hablamos de los culeros desechables o la tela antiséptica ni qué decir.
«Oigo hablar del envejecimiento de la población cubana, y creo que las medidas a tomar deben ser urgentes, porque somos un país con planificación. Si ahora, que son menos los ancianos, hay estos problemas, imagino lo que pasará cuando esa cifra se eleve dentro de no muchos años.
«Comprendo que el bloqueo económico ha contribuido a esta situación de carencia, pero llevamos muchos años con él y hemos sabido seguir adelante». Claudina cree que quienes han entregado su vida entera al trabajo, y se han sacrificado todos estos años con entusiasmo y convicción revolucionaria, merecen, en su vejez una atención personalizada.