Acuse de recibo
La repulsa a los métodos masivos e indiscriminados de saneamiento canino, ante los ojos de los ciudadanos, ha sido una constante en el inventario de quejas de esta columna.
El 26 de abril, el lector Jorge Luis Díaz censuraba el proceder de la Unidad de Higiene del Sectorial de Salud en Sagua la Grande, Villa Clara, para enfrentar la proliferación de perros callejeros allí, mediante su ejecución por envenenamiento en plena calle y a la luz del día. Y deploraba el espectáculo de esos animalitos convulsionando, ante las lágrimas de los niños.
Jorge Luis comprendía que los perros callejeros y abandonados son vectores peligrosos de múltiples enfermedades, fustigando a quienes los abandonan y echan a la calle, a sobrevivir. Y lanzaba una pregunta a manera de alerta: «¿No sería mejor recogerlos, sanearlos y esterilizarlos para controlar su reproducción indiscriminada?».
Al respecto, responde el doctor Isidoro Padilla Magdalena, director de Salud en Villa Clara, que visitaron a Jorge Luis y le transmitieron los siguientes criterios:
Los perros callejeros constituyen una amenaza para la salud de la población. Si es cierto que en la Declaración Universal de los Derechos de los Animales se expresa el cuidado de estos, también lo es que estos no pueden constituir amenazas para el ser humano.
Manifiesta el Director que hay organismos y ministerios que tienen entre sus funciones la esterilización quirúrgica de esos animales. Y en tal sentido están haciendo las coordinaciones para que se lleven a vías de hecho.
Y reconoce que si el saneamiento señalado fue masivo, en horarios y lugares incorrectos, «compartimos el criterio del compañero Jorge Luis. Ya se realizaron los análisis correspondientes, y tomamos todas las medidas pertinentes para que no vuelva a suceder».
Agradezco la respuesta del doctor Padilla. Solo queda la curiosidad de conocer cuáles son los organismos que deben asumir la esterilización, si esta puede extenderse en todo el país y qué se ha logrado al respecto.
De no aplicarse integralmente medidas de ese tipo, y ante la ausencia de una ley sobre protección de animales, continuarán reproduciéndose los perros callejeros para peligro de la salud humana; y también continuarán reproduciéndose crueles prácticas masivas de exterminio que podrían evitarse.
Aunque bastante atrasada, nos llega la respuesta de Guillermo Labrada, director del Establecimiento de la Música de Manzanillo, Granma, a la inquietud del poblador de esa ciudad, Pedro Rodríguez Figueiro.
El 13 de febrero pasado Pedro alertaba ante la posibilidad de que por dificultades con su local de ensayos y la transportación de los instrumentos y útiles languideciera la centenaria Banda Municipal de Manzanillo.
Argumentaba el lector que como consecuencia de muchas dificultades materiales se estaban suspendiendo los conciertos, a pesar de que sus músicos asistían a las presentaciones. Y consideraba que «falta voluntad cultural para resolver ese problema».
A propósito señala Labrada que la Banda Municipal, que ahora cumple 105 años, «sigue viva, deleitando a los pobladores de la ciudad de Manzanillo y de la provincia con sus presentaciones, sin perder su identidad».
Refiere que por problemas de derrumbe en el local de la banda hubo que trasladar los ensayos hacia sitios disponibles. En cuanto a la transportación de instrumentos y mobiliario manifiesta que ha sido constantemente atendida, y se ha solucionado en la mayoría de las ocasiones.
Y concluye significando que la Banda, compuesta por 38 músicos, incluyendo su director, es una respetable unidad artística que no está en apuros, enmudecida o muerta; sino haciendo frente a los obstáculos, para continuar deleitando a sus seguidores.