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¿Bibliocuándo?

El olvido de la Biblioteca Municipal de Sagua la Grande preocupa sobremanera a Leduán Ramírez Pérez, residente en el edificio 35, apartamento 22, del reparto 26 de Julio de esa ciudad villaclareña, y estudiante de Licenciatura en Letras de la Universidad Central de Las Villas. Refiere el joven que hace más de tres años, esa institución no presta sus servicios. Primeramente comunicaron que el cierre por reparación no excedería un año; pero parece que la bola pica y se extiende. Sagua tiene una vasta población de estudiantes universitarios, profesionales y furibundos lectores. El problema ha ocupado señalamientos en la televisión y radio locales, sin que se vislumbre una respuesta efectiva. Bibliocuándo ya pudiera llamarse esa colección de dilaciones, por antologías, tomos y capítulos.

Paradoja: Esa es la palabra que escogió el lector Juan René Reynaldo Sánchez (René Ramos Latour 56, ciudad de Las Tunas) para analizar la tabla estadística que hizo la sección de las respuestas de entidades y organismos a las quejas aquí publicadas durante el último corte de 2008. «Todas las instituciones —afirma el lector— deben obediencia suprema al pueblo, su razón de ser. Si el poder es del pueblo, como se enuncia, entonces las instituciones les están sometidas. ¿No es paradójico que en la tabla estadística aparezcan con menor índice de atención los poderes populares y sus dependencias? En la de 2007 fue igual. El resto de los organismos de la Administración Central del Estado ofrecen mayor atención y respeto al pueblo. Así, sencillamente».

Vista hace fe: Dany García Montes de Oca (Calle Única, Vega de Palmas, Camajuaní, Villa Clara) es un estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas que lleva un año atendiéndose la vista en el Hospital Militar Doctor Carlos J. Finlay, de Marianao, en la capital. «Es realmente increíble la atención, la paciencia y el excelente trato que tienen las doctoras que me han tratado —refiere Dany—. Primero fue con la doctora Annia, pero al pasar ella a recibir un curso me han consultado otras, e increíblemente se mantiene el buen trato. Es muy gratificante ser atendido a las 12 del día o a la una de la tarde como si fuera el primero en la mañana. A veces trabajan corrido, y aunque me vean de último, siempre tienen la paciencia que quisiera yo tener. Eso es lo que necesitamos: profesionales que atiendan al pueblo lo mejor posible; pues aun con todos los problemas económicos que tenemos, mientras que no fallen la atención y la humanidad entre nosotros mismos, nada estará perdido».

El cuerno de los revendedores: El domingo 18 de enero, a las 5 y 15 de la tarde, Aida Ascanio (Pasaje Enrique 23ª, Reparto Unión, municipio capitalino de Regla), estaba en la larga cola del cine Yara para entrar a ver el filme cubano El cuerno de la abundancia, cuya siguiente función comenzaba a las 7 y 15 p.m. No habían comenzado a vender las entradas en la taquilla, y ya una señora que vendía rositas de maíz empezó a proponerlas a cinco pesos, de dos que valen oficialmente. Aida pregunta: «¿Por qué tenía en su poder una buena cantidad de entradas? ¿Quién se las dio, si no habían empezado a venderlas? ¿Es que ella tiene acceso a la taquilla? ¿Cuándo la autoridad va a poner orden, porque si yo, que no soy nadie, lo vi... ellos no lo ven?».

¿Qué hay con los cambios?: Jorge Enrique Bello trabaja en el Centro Nacional de Biopreparados de Bejucal, en la provincia de La Habana, y reside en la Comunidad Científica BIOCEN, Carretera a Beltrán kilómetro uno y medio, en ese municipio. Él considera que debe dársele información a la población acerca de la marcha del programa de sustitución de equipos electrodomésticos como parte de la Revolución Energética. Muchos se preguntan si continuarán las sustituciones. En Bejucal cambiaron algunos televisores y ya. «Si no los van a cambiar, que lo digan. Si demora el cambio, que avisen», sostiene el lector, para ver qué hace con su televisor Horizont: si le es factible seguir gastando en mantenerlo con remiendos o tirarlo al olvido y comenzar a ahorrar para algún día adquirir otro en CUC. Jorge, como aquel hombre del cuento que buscaba un gato para arreglar su auto, cree que no obtendrá respuestas y solo evasivas; pero este redactor no piensa así: la duda de Jorge es la de muchos cubanos, y debe ser atendida.

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