Acuse de recibo
El doctor José Ramón Balaguer Cabrera, ministro de Salud Pública, precisa en carta que «la vacunación en nuestro país está sustentada en un Programa Nacional, con estrategias concebidas en los diferentes niveles de atención y para enfrentar las dificultades que puedan presentarse, lo que ha permitido el éxito de la inmunización de nuestra población contra 13 enfermedades a lo largo de todos estos años».
El titular cubano responde así a la inquietud de la abuela Marlene González —reseñada aquí el 18 de noviembre de 2008— acerca de lo que ella consideraba demoras en el policlínico Aballí, de La Habana Vieja, para inmunizar a su nieto de más de tres meses de nacido, pues aún no había entrado la vacuna antimeningocóccica al centro asistencial cuando nos escribió.
Aunque la Dirección Provincial de Salud en Ciudad de La Habana ya había atendido el caso y respondido, el Ministro se dirige a esta columna para puntualizar que «a veces, se produce inquietud en la población, fundamentalmente en el caso de los niños, cuando no está la vacuna en el momento preciso; pero el atraso en el esquema no afecta su eficacia, siempre y cuando se ejecute la vacunación. Cuando falta una vacunación por cualquier motivo, la atención primaria los tiene censados; y en cuanto llega, se citan de inmediato y se inmunizan».
Aclara que en el caso del niño Alan Rosell, nieto de Marlene, «la vacuna estaba en falta en ese momento en el policlínico y en el municipio. Se procedió a hacer una redistribución a nivel provincial, y el niño fue vacunado el 20 de noviembre, sin consecuencias negativas para su salud».
Se creó una comisión que evaluó las dificultades organizativas que produjeron esta situación, agrega, y «se tomaron las medidas correspondientes para garantizar la eficacia del Programa en ese municipio».
Agradecemos al doctor Balaguer su carta, el que entre tantas ocupaciones, se haya preocupado por la inquietud de una abuela acerca de un tema tan sensible para su nieto, y responda con elementos. Eso dice mucho.
Aclara Copextel tarifas y preciosEl Departamento de Atención y Protección a la Población de la Dirección de Marketing y Comunicación de COPEXTEL responde a las preocupaciones del cliente Ramón Cruz (Báguanos, provincia de Holguín), reflejadas en esta columna el 19 de agosto de 2008.
Entonces, Cruz cuestionaba la política de precios y tarifas de esa entidad para la reparación de algunos efectos electrodomésticos. Y citaba el ejemplo de la botonera del televisor Panda y el switch: la mano de obra cuesta 80 pesos, a pesar de que el trabajo, a su entender, es rápido y no denota complejidad.
Al respecto, COPEXTEL precisa que los precios y tarifas establecidos para la reparación de televisores que han rebasado su período de garantía y se adquirieron por la población dentro del programa de telerreceptores chinos, están avalados por la certificación firmada el 23 de febrero de 2005 por el presidente de la empresa.
En ese documento, precisa, se define un precio de 40 pesos para una reparación sencilla y 80 pesos para las complejas. Una cosa es el precio de la pieza que se sustituye durante una reparación y otra el nivel de complejidad del trabajo.
A raíz de la queja publicada, puntualiza, COPEXTEL visitó a Cruz en su domicilio y revisó los detalles. Se comprobó que, al reparársele el televisor Atec-Panda, se le sustituyó la botonera, y esa operación clasifica como compleja. En consonancia, el técnico que había hecho el trabajo, le explicó y advirtió a Cruz sobre el precio antes de comenzar a ejecutarlo.
Al propio tiempo, COPEXTEL celebró una reunión del Comité de Expertos de la empresa, para revisar la clasificación de las reparaciones en Sencilla y Compleja. Y como resultado, la Vicepresidencia de Servicios Técnicos emitió una instrucción nacional que se puso en vigor el 8 de septiembre de 2008, y se encuentra a la vista de los clientes en los centros de servicios técnicos del país.
La referida instrucción establece que la sustitución de la botonera del TV Atec-Panda modelo 2188, ensamblado en China, es una reparación compleja, pues implica el cambio del frente del televisor, el desmonte del tubo de pantalla y la adaptación de los interruptores, entre otros ajustes que complican técnicamente el trabajo y lo hacen riesgoso.
En el caso de que el cambio de botonera se le hiciera a un Atec-Panda modelo 2188 ensamblado en Cuba, el trabajo es más sencillo, y se evalúa como una reparación no compleja.
COPEXTEL reitera su disposición a atender siempre cualquier inquietud, planteamiento o sugerencia, «pues este diálogo nos ayuda a implementar mejoras en nuestro quehacer diario, y contribuye a cumplir con nuestra máxima de garantizar el mayor nivel de satisfacción a la población cubana».
En la mira de los lectoresDel último corte sobre el estado de la correspondencia a esta sección, reflejado el pasado domingo, quedan aún muchos datos interesantes que iré revelando poco a poco, dado que el espacio entonces no me lo permitía.
Hoy me ceñiré a los temas más abordados entre el 1ro. de mayo y el 15 de octubre de 2008.
En primer lugar, figuran problemas de vivienda, con el 15 por ciento de las cartas. Junto a las carencias de habitables, otros asuntos muy recurrentes han sido las dificultades y dilaciones burocráticas en trámites relacionados con el tema, alargamiento y postergación de procesos inversionistas y de obras; demoras en la entrega de materiales para los diferentes programas, entre ellos el de Esfuerzo Propio; acumulación de filtraciones en los techos y documentos perdidos en las direcciones municipales de Vivienda.
En segundo lugar, con el cinco por ciento de las misivas, figuran problemas laborales (sobre todo dificultades para obtener respuestas de apelaciones hechas a raíz de sanciones administrativas aplicadas), y reclamaciones e inquietudes con respecto a la Seguridad Social y la Asistencia Social. En tercer lugar, con el 4,8 por ciento de las cartas, dificultades con los servicios de Acueducto y Alcantarillado.
Otros tópicos en que enfatizan nuestros lectores son los problemas de la calidad de los servicios, engaño y maltrato a consumidores y clientes, expoliaciones de bultos postales, la repulsa a diversas manifestaciones de indisciplina social e impunidad, y en general los enrevesados procedimientos burocráticos que aún hacen muy engorrosas muchas gestiones públicas.