Acuse de recibo
Son historia las quejas de incumplimientos y atrasos en la venta de cervezas a precios diferenciados en la capital del país, para las fiestas de 15 y bodas. Fueron años reflejando las denuncias ciudadanas con respecto al desfasaje para cumplir con el propósito; como si a los ocho meses pudiera hacerse el brindis nupcial con la cerveza que no llegó a tiempo. Faltó siempre la explicación de por qué no se cumplía, a pesar de que esta columna insistía en ello. Y ahora, al fin, llega una «nota de prensa» de la Dirección Provincial de Comercio y Gastronomía de Ciudad de La Habana: «A partir del 1ro. de febrero del 2008 se uniformaron un grupo de precios para todo el país de productos de alta demanda popular, entre ellos el pollo, las pizzas y pastas, el huevo y la cerveza. Desde hace varios años la población de Ciudad de La Habana, excepcionalmente en todo el país, venía recibiendo el servicio en unidades del Comercio de venta de cerveza a precio diferenciado, para las celebraciones de fiestas de 15 años y bodas. En el proceso de homologación de precios de estos productos antes citados, se informó el de la cerveza embotellada a diez pesos, lo cual excluye cualquier otro precio inferior, por lo que se suspendió esta oferta con fecha 31 de julio del presente. No obstante, se informa a la población que las Empresas de Comercio y Gastronomía de la ciudad ofrecen servicios de buffet, coctelería y cerveza dispensada en centros de elaboración y complejos recreativos en todos los municipios de la capital. Esta información puede obtenerla en las propias empresas de cada municipio, o a través de los teléfonos 862 3606, 862 3200 y 862 3251. Aun así, se están pagando los atrasos acumulados hasta el 31 de julio de 2008. Cualquier duda, a través de esta vía, o por los teléfonos 861 8763, 861 8744 y 861 8785; con Ivonne, de Relaciones Públicas».
Efímeros zapatos: La doctora Mercedes Elisa Valls escribe desde Avenida 41 número 3605, entre 36 y 38, Melena del Sur, provincia de La Habana. Y lo hace en solidaridad con su esposo, el doctor Rolando Campo, vicedirector docente de la sede universitaria de la localidad y profesor. Rolando adquirió en una tienda recaudadora de divisas del pueblo un par de zapatos a 12,95 CUC, y comenzó a usarlos. Al mes, estaban rajados por la suela, sobre todo en el tacón. Fueron a la tienda con el comprobante de pago; y allí les dijeron que aquel calzado solo tenía una semana de garantía. Ambos doctores no comprenden cómo se puede vender al pueblo trabajador mercancías de tan baja calidad. Y uno siente que se desgasta revelando historias de verdaderas estafas al consumidor, sobre todo a ese consumidor que paga con muchos sacrificios, aun cuando sea un médico que salva vidas.
Peligrosos salideros: Antonio Vera escribe desde Avenida 45 número 10029, en el municipio capitalino de Marianao. Y lo hace lanzando un alerta porque en su barrio hay salideros constantes de gas manufacturado a la atmósfera, un gas efecto invernadero más agresivo que el dióxido de carbono. Son reportados y reparados constantemente, pero vuelven a registrarse. Se detectan fácilmente, durante o después de los aguaceros, con las burbujas que crean, o por los sonidos semejantes a los de una freidora. Contaminación del medio ambiente y peligro para los vecinos.
¿Desentendimiento por cuenta propia?: Dayamí Falcón escribe desde calle 43 número 3415, entre 41 y 43, en el reparto Kholy, en el municipio capitalino de Playa. Y lo hace porque se siente desprotegida legal e institucionalmente en su condición de madre. Cuenta Dayamí que desde mayo pasado se encuentra dando carreras porque no recibe la consabida pensión alimenticia, correspondiente a sus tres hijos, por parte del padre de ellos. Ha ido a juicios por esa razón, y la última respuesta se la dieron en el tribunal provincial: tiene que ventilar eso con el tribunal municipal, pues el padre de los niños es cuentapropista (botero). Le dicen a Dayamí que por ello no le pueden hacer a su ex esposo un descuento de salario. «Necesito que me orienten, ya no sé adónde ir, pues he tenido dos juicios y no he resuelto el problema. Estoy exigiendo algo que por ley les corresponde a mis hijos».