Acuse de recibo
Todo parece indicar, de acuerdo con la respuesta enviada por el arquitecto Antonio R. Lago Taño, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del Este, que sobrevendrá una solución al viejo problema del agónico suministro de agua a ciertas zonas de la localidad capitalina de Cojímar. Al menos eso anuncia la misiva.
El detonante de esta promesa fue la queja de un grupo de vecinos de ese barrio marinero, encabezado por María Galloso, que se reflejó aquí el pasado 29 de junio. Entonces, los firmantes denunciaban que llevaban cinco meses sin servicio de agua y sin que se vislumbrara una respuesta definitiva por Acueducto.
Y ahora Lago confirma en su misiva la seria afectación del suministro, y señala como causas principales: «Paros frecuentes en la fuente de abasto Cuatro Caminos; salida de funcionamiento temporal de equipos por roturas, lo cual provoca bajas presiones en el sistema; insuficiencia y poco diámetro en las redes de distribución y la consabida manipulación ilegal de válvulas».
Refiere el director que, debido a ello, se han realizado varias acciones en la zona —no las especifica—, pero no han dado los resultados que se esperaban. «No obstante —asegura—, está previsto comenzar la rehabilitación de una parte del reparto a finales de septiembre, donde está enclavada esa área, con un proyecto presentado y elaborado desde hace algún tiempo, para cuya ejecución nos encontrábamos a la espera del financiamiento. En estos momentos están las condiciones creadas para el comienzo de estos trabajos».
Agradezco, en nombre de María y los demás vecinos, la respuesta de Acueducto del Este. Ahora queda que todo se cumpla como se prometió: que ya hayan comenzado, y la rehabilitación se haga con la sistematicidad y calidad requeridas, habida cuenta de que ahora tienen las condiciones para ello, incluido el financiamiento, siempre lo más difícil.
La segunda carta es también una respuesta de Taño al planteamiento de los vecinos de la zona 4 de Alamar, específicamente en los edificios de bajo costo, reflejado aquí el pasado 19 de julio.
Los remitentes señalaban que hacía años una conductora de alcantarillado rota provocaba tupición en el desagüe de varias viviendas y la consabida acumulación de aguas albañales. Ellos lo habían reportado en muchas ocasiones. Con bastante demora iban a destupir, pero el problema de la tubería no se arreglaba. Y cada cierto tiempo el fenómeno volvía.
Refiere el directivo que en ese sitio existía una obstrucción de la línea de alcantarillado de cuatro pulgadas, lo cual era de conocimiento de dicha empresa. Pero el problema se dilató, porque Acueducto del Este carecía de los recursos para una solución definitiva. E intentaban aliviar la problemática dando mantenimiento con los carros especializados de alta presión. Tal tratamiento, según Lago, no eliminaba totalmente el problema.
Fueron los vecinos los que consiguieron las tuberías de alcantarillado de cuatro pulgadas. Y en consecuencia, la brigada de mantenimiento sustituyó el tramo afectado el pasado 3 de septiembre, para dejar definitivamente eliminada la afectación que tantas molestias traía.
La tercera carta de hoy es también una respuesta, y la envía la ingeniera Ana Remis Castro, jefa del departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, a propósito de la queja —reseñada aquí el pasado 5 de septiembre— sobre el desbordamiento de una fosa, de Isabel Rodríguez, de Victoria 12815, apartamento 11, en el reparto Martí del municipio capitalino de Cerro.
Aclara Remis que especialistas de saneamiento, en inspección realizada, determinaron que dicha fosa está llena de sedimentos solidificados, por lo cual se hace necesario su escombreo.
Pero precisa que ese trabajo no le compete a Aguas de La Habana. Al momento de la visita Isabel no se encontraba, pero se le comunicó a otra vecina que deben solicitar el servicio antes mencionado en la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda.
No obstante no ser responsabilidad de esa empresa, agradecemos a Aguas de La Habana el interés tomado en el caso.