Acuse de recibo
Hoy traigo la respuesta de Manuel Burón Seña, director de la Micro Social en Ciudad de La Habana, a la queja de Rafael Acosta de Arriba, reflejada el primero de julio pasado.
Rafael, residente en Malecón 159, entre K y L, en el municipio capitalino de Plaza, denunciaba entonces, en nombre de los vecinos de ese edificio, que hacía más de dos años la fosa del inmueble se desbordaba. En abril de 2005, la Junta de Vecinos envió una carta a la delegada de la circunscripción, con copias a la Micro Social y el Gobierno del territorio, entre otras entidades. En 2005 y 2006 nada se hizo, y ellos continuaron sus gestiones, hasta que en febrero de 2007 la Micro Social respondió que enviaría representantes a verificar la situación, pero nunca nadie fue. Han ido a destupir la fosa, pero esta vuelve a desbordarse.
Al respecto, aclara Burón que el 5 de julio, el inmueble fue visitado por el jefe de Atención a la Población de Micro Social, quien comprobó que «la situación existente no concuerda con lo planteado por Rafael, pues en el minucioso recorrido realizado en compañía del mismo y su madre, no se apreció el más mínimo vertimiento de aguas albañales en toda el área de la edificación. Se comprobó el correcto funcionamiento de la fosa, que, según manifestó la madre de Rafael, ha sido reparada por medios propios de los vecinos».
Sí consigna que la preocupación mayor ahora, allí, es la posible contaminación del agua de la cisterna, ubicada en el sótano, pues existen dos tuberías de aguas albañales que pasan sobre la misma y presentan mal estado técnico. Pero no están vertiendo. Tal situación fue notificada a la Unidad Municipal de Inversiones de la Vivienda (UMIV), a la cual se le solicitó la tarea técnica para sustituir estas tuberías por parte de Micro Social de Plaza.
El inmueble fue visitado también por los compañeros de esta última oficina, quienes apreciaron un vertimiento de albañales en un registro ubicado en la acera por la calle Séptima, lo cual fue notificado a Aguas de La Habana, por ser de su competencia.
«Al no apreciarse salideros de aguas albañales dentro del área de la edificación —señala Burón—, y conocer por referencia de la madre de Rafael que eso ocurría cada tres ó cuatro meses, podemos inferir que la situación pudiera ser creada por tupición en la red de alcantarillado, pues esa es una zona donde se producen reiteradas penetraciones del mar, lo que trae consigo la acumulación de arena y desechos sólidos en esas tuberías».
Agradezco a Burón la respuesta esclarecedora y las gestiones con otras entidades implicadas en el asunto. Solo lamento no poder complacerlo en su petición de «que antes de publicarse cualquier situación que implique a nuestra entidad, nos sea notificada previamente para actuar de inmediato, y valorar el alcance de nuestra responsabilidad, evitando así que lleguen a la población criterios desacertados sobre nuestro trabajo».
Y argumento en consecuencia: esta diaria sección refleja soberanamente las inquietudes de los ciudadanos, sin ninguna mediación de las instituciones. Con idéntico respeto, acogemos luego las respuestas de las entidades. Siempre lo hemos hecho así con Micro Social de la capital.
Si algo no era exactamente como decía el quejoso, los funcionarios tienen la oportunidad de aclararlo, como usted lo hizo. Pero a la larga, siempre lo revelado en las cartas alerta a las entidades; bien lo sabe Micro Social.
Los criterios sobre el trabajo de una institución, esa «imagen» que tanto preocupa a algunos funcionarios, no los conforma unilateralmente la carta de un lector, ni el trabajo de esta sección, sino la cotidiana gestión de ese organismo o empresa, su preocupación por atender a profundidad las quejas de los ciudadanos. Y algo muy importante: la sensibilidad para responder a las inquietudes populares, como usted lo ha hecho hoy.