Acuse de recibo
Hoy esta columna trae buenas noticias para el lector Ricardo López Ledón y muchos otros habitantes de San Antonio de los Baños, en la provincia de La Habana: desde ayer el tren que cubre el trayecto entre la capital y esa localidad, vuelve en su último viaje a su antiguo horario de salida desde la estación de Tulipán: a las 8 y 30 de la noche.
El pasado 24 de febrero esta sección reflejó la inquietud de Ricardo, quien señalaba que a ese tren le habían cambiado el horario para las 6 y 30 de la tarde, debido a que la tripulación del mismo no tenía resuelta la comida al llegar a San Antonio de los Baños, a pesar de que el Poder Popular allí se había comprometido a garantizarla.
Por ello, la empresa FERROSUR había modificado el horario. Y Ricardo, como muchos otros ariguanabenses, no concebía que se afectara el itinerario de un tren, en el cual retornaban muchas personas de esa localidad que laboran en la capital del país, simplemente porque no se podían garantizar unas comidas.
Al respecto, me escribe Orestes García Salud, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en San Antonio de los Baños, para informar que, en reunión conjunta del Consejo de la Administración Municipal con el director de FERROSUR, y después de un profundo debate acerca de lo publicado, se acordó garantizar la comida a la tripulación del tren, y en consecuencia restablecer el horario que pedía la población.
Agradezco la solución, pero más lo gratificarán quienes a diario retornan desde la capital a San Antonio de los Baños, luego de un día de trabajo.
La segunda carta de hoy es también una respuesta: Hilda Arias, directora Comercial y de Mercadotecnia de ETECSA, esclarece la inquietud de Alina Diago, vecina del Consejo Popular Dragones, en Centro Habana, reflejada en la edición del dos de febrero.
Entonces, Alina denunciaba que en mayo de 2006 se convocó a la población de esa zona a que solicitara el servicio telefónico mediante las planillas. Luego se informó que en agosto de ese año se revelarían los listados con los nombres de las personas a las cuales se les asignaba ese servicio. Los mismos se mostraron al fin el primero de septiembre, pero todavía el 15 de enero de 2007, cuando la lectora me escribió, no se había instalado un solo teléfono en ese barrio.
Señalaba Alina que habían hecho indagaciones con ETECSA y nadie sabía nada ni informaba nada...
Al respecto, señala Hilda Arias que en abril de 2006, ETECSA entregó al Consejo de la Administración Provincial de Ciudad de La Habana los listados con las ofertas para instalar nuevos servicios telefónicos en el Consejo Popular Dragones, «y hasta la fecha no se ha recibido en nuestra empresa la aprobación del Consejo de la Administración provincial con los nombres de las personas beneficiadas».
Recalca la directiva que esa información se les ha estado reiterando a todas aquellas personas que han visitado la Oficina Comercial de ETECSA en Águila, preocupadas por la demora en la instalación de los servicios.
Ya ETECSA despejó su parte en el asunto, y ahora se impone que el Consejo de la Administración Provincial de Ciudad de La Habana esclarezca cuáles son las causas de tamaña demora.
La tercera carta la envía Reina Sosa Jorge, desde la Cooperativa de Producción Agropecuaria Arturo Suárez, en Jovellanos, provincia de Matanzas.
Reina cuenta que desde niña padece de astigmatismo miópico severo y ha sido tratada y operada en dos ocasiones de desprendimiento de retina por la doctora Caridad Monteagudo, del hospital Miguel Enríquez, en la capital. Y hace algún tiempo debutó con catarata, que en su caso constituía un riesgo.
Reina encontró la esperanza y la luz en la doctora Caridad, que ha sido, al decir de alguien, más que un milagro. Ella quiere agradecer públicamente a la doctora y a todo el personal médico y técnico de refracción, biometría, que brindan su servicio con tanta excelencia profesional y humana. «En mi caso, ver las manos de estas personas, es como ver salir el sol cada día», concluye Reina.