Acuse de recibo
Graves problemas está trayendo el cambio en el horario de un tren desde La Habana hasta San Antonio de los Baños. Y de ello nos enteramos por la carta de Ricardo López Ledón, vecino de avenida 27, número 7007, entre 70 y 72, en esa última localidad.
Refiere Ricardo que los habitantes de San Antonio de los Baños que laboran en la capital están atravesando una desesperada situación con el tren que va hacia ese poblado desde la estación de Tulipán, en Plaza de la Revolución.
Hasta hace poco, el último tren salía a las 8 y 30 de la noche. Ese viaje era muy utilizado por profesionales de allí que laboran en la capital y por personas que tienen familiares ingresados en hospitales de la ciudad.
El problema, según Ricardo, es que hace poco la empresa FERROSUR modificó el horario de ese tren: ahora es a las 6 y 30 de la tarde. Y todo porque, según la empresa, los maquinistas y conductores no tienen garantizada la comida al llegar a San Antonio de los Baños a las diez de la noche.
El Poder Popular en ese territorio se comprometió a resolver esa situación, pero al no ser solucionada, la empresa tomó la decisión de adelantar la salida del tren, perjudicando a muchas personas.
«Las autoridades en San Antonio de los Baños, señala el lector, conocen la grave situación del transporte en el municipio, y que este nuevo horario, lejos de beneficiar, lo que hace es complicar aún más las cosas. Y lo peor de todo es que, según opiniones de los propios conductores del tren, se está malgastando combustible innecesariamente, pues con los nuevos horarios el mismo está viajando prácticamente vacío».
La segunda carta es también una queja en materia de transporte, y la envía Ramón Velázquez Rodríguez, vecino de Gonzalo de Quesada 56, altos, entre Joaquín de Agüero y Nicolás Heredia, en la ciudad de Las Tunas.
Refiere Ramón que su hermana, María Elena Velázquez Rodríguez, viajó a La Habana a recibir atención médica, y tenía reservado un pasaje en avión el 28 de enero, para el vuelo de Aerocaribbean, a las diez de la noche, La Habana-Holguín.
Añade el remitente que esa noche comenzó a llamar al primero de esos aeródromos, y le informaron que el vuelo tendría demora, pues el aeropuerto estaba cerrado debido a la salida de un vuelo internacional. Ramón llamaba cada 25 o 30 minutos, pues el vuelo seguía demorando. Y a las 12 y 30 de la noche le comunicaron que el mismo estaba suspendido, «porque no había avión».
Media hora después, le informaron de la opción de esperar hasta las seis de la mañana, para enviar a los pasajeros a Holguín en una aeronave que saldría a esa hora. La hermana de Ramón y otros pasajeros decidieron esperar por esa alternativa.
Pero al llegar a Holguín, el ómnibus que debía trasladarlos a Las Tunas no estaba, pues no se brinda ese servicio a tal vuelo, sino al que debía haber llegado a su hora. Y las personas que iban para Las Tunas tuvieron que agenciárselas por su cuenta. La hermana de Ramón, por ejemplo, tuvo que pagar una máquina de alquiler, y llegó a esa ciudad a las once de la mañana del 29 de enero.
Ramón pregunta:
«¿Cómo puede Aerocaribbean vender un vuelo si no dispone de avión para efectuarlo?
«Cómo es posible que una persona demore 15 horas desde que arribó al aeropuerto hasta que llegó a su destino, cuando debieron ser apenas tres?
«Quiénes son los responsables de semejantes irregularidades y maltratos?
«¿Qué medidas disciplinarias fueron aplicadas a las personas que permitieron que eso ocurriera?».
Ramón Velázquez espera que Aerocaribbean responda a tales interrogantes.