Acuse de recibo
El pasado 25 de enero esta sección reflejó la queja del doctor Sergio Valdés Noa, del centro provincial de Medicina Deportiva de La Habana: versaba sobre los contratiempos que le ha traído el no haber podido recibir aún el diploma correspondiente a una maestría del Instituto Nacional de Medicina Deportiva concluida en julio de 2006, en la Facultad de Ciencias Médicas Enrique Cabrera.
El galeno refería que la coordinadora del curso le había expedido un certificado para que le valiera en su centro, pero se ha visto imposibilitado de cobrar la suma que representa el grado científico, pues en Personal le manifestaron que no pueden hacerle el pago hasta tanto no lleve el diploma correspondiente.
Al día siguiente de lo publicado, y con esa celeridad que quisiéramos siempre de las instituciones, respondió Julio Castro, director de Postgrado del Ministerio de Educación Superior, quien aclara que «desde marzo de 2006 se estableció que los rectores de los centros que emiten títulos de Maestría y Especialidad, están autorizados para emitir un documento provisional, que permita efectuar el pago de la estimulación salarial correspondiente, o satisfacer otros compromisos legales, mientras se confecciona dicho título».
Precisa también Castro que, en respuesta a las inquietudes acerca de la demora en la confección de los títulos —cuestión reflejada más de una vez en esta columna— se fijó en un año el plazo que tienen las instituciones docentes para emitir esos importantes documentos probatorios.
«Evidentemente, puntualiza, el Instituto Nacional de Medicina Deportiva y la Facultad correspondiente deben hacerlo de esa manera. No puede descansar en la coordinadora del programa la emisión de un documento oficial de esa importancia. Por otra parte, el área de Personal del Centro provincial de Medicina Deportiva de La Habana, al parecer tampoco conoce que puede aceptar el documento provisional señalado».
Significa el director de Postgrado del MES que se pondrá en contacto con el doctor Sergio Valdés Noa, y reafirma su disposición a realizar las aclaraciones pertinentes.
La segunda respuesta de hoy la brinda Manuel Burón Peña, director provincial de Micro Social (Conservación de Edificaciones y servicios Menores) en Ciudad de La Habana. Y es a la queja, aparecida aquí el 10 de enero pasado, a nombre de la anciana Idolina Reyes Salvador, vecina de calle 28, edificio 11, apartamento 14, entre 15 y 17, en el Vedado.
Entonces Idolina relataba que su apartamento queda justo debajo de los tanques de agua del edificio, los cuales hace diez años presentan rajaduras. Por ello se filtra el agua a su casa. Debe apagar las luces de noche para evitar cortocircuitos, el colchón se le echó a perder... Y así, ha hecho sola las gestiones en Vivienda y el Gobierno del municipio.
Consigna Burón que, de acuerdo con los informes de Micro Social de Plaza, la tarea técnica de ese edificio llegó en junio de 2006. «Dicha documentación refiere la necesidad de impermeabilizar la cubierta del edificio con impermeable plástico, teniendo en cuenta el deterioro de la misma, así como la sustitución e instalación de un tanque de asbesto cemento».
Apunta que entonces no contaban con todos los recursos para esta labor, pues las solicitudes de sustitución de tanques en edificaciones del municipio Plaza son muy elevadas.
En octubre de 2006, a raíz de la fase intensiva de la Campaña antivectorial, a Micro Social de Plaza entró una cantidad de tanques para instalarlos en las manzanas con mayor nivel de infestación. Y, a pesar de que el edificio de Isolina no estaba entre ellos, se procedió a la entrega y colocación del mismo en el inmueble.
En febrero se concluirá la instalación del tanque, y la impermeabilización de la cubierta se realizará «en cuanto nos entren recursos».
La Micro Social de Plaza, refiere, cuenta hoy solo con dos plomeros y seis ayudantes para la ejecución de todos los trabajos de plomería del municipio; por lo cual exhorta a los vecinos de ese y otros edificios a apoyar colectivamente los trabajos, de conjunto con los técnicos.